1. Me confundieron con una profesional y me encantó


    Fecha: 05/08/2022, Categorías: Primera Vez Autor: AngieMontiel97, Fuente: CuentoRelatos

    ... rico hueles Angie” me dijo cuando nos dejamos de abrazar, le sonreí y le troné mis labios a manera de enviarle otro beso. Me fui caminando. También sentí la mirada de Fernando sobre mis pompis, pero decidí no voltear y seguir caminando, ahora sobre la banqueta de la avenida Insurgentes en la que está el fraccionamiento de edificios habitacionales, crucé el puente peatonal y seguí caminando hacia la plaza.
    
    Mientras caminaba tranquila recordé a Eliseo y a Rodrigo, recordé todo lo que me hicieron y me dijeron, sentí bonito. También pensé que todo eso lo habían hecho por el momento, que de verdad no lo decían en serio, sólo estaban muy excitados. Pensé que de seguro la próxima vez que nos veríamos sería normal, nos reiríamos de lo ocurrido y seguiríamos siendo amigos. En ese momento sentí mucha satisfacción y libertad mientras caminaba. Una brisa fresa entraba por abajo del vestido y me refrescaba también el pecho y mi cuello. Todo estaba regresando a la normalidad y yo volvía a ser el orgullo de mis padres, la señorita Angélica Vera Montiel en camino a convertirse en la respetada esposa de algún joven con futuro prometedor. Seguí caminando mientras me empecé a imaginar mi boda, donde sería y como sería mi vestido blanco. ¿Sería en la playa? ¿Sería en una iglesia colonial? ¿Sería en un elegante jardín?... En ese momento me sorprendió el claxon de un coche…
    
    Era un taxi, del tipo zuru que le llaman. El coche estaba algo maltratado, con muchos rayones y algunas abolladuras. Tenía música de salsa muy fuerte, se orilló en la avenida para acercarse a mi mientras yo seguía caminando. Noté como apagó su radio y luego me gritó con voz grave y profunda “¡Nalgona! ¡Nalgona espérate! ¡Quiero servicio!” Fingí no escuchar y seguí caminando un poco más rápido. La banqueta estaba sola, pero en la avenida pasaban muchos autos muy rápido, me faltaban aún como 200 metros para llegar al estacionamiento de la plaza “¡No te hagas la pendeja pinche marrana! ¡Te digo que quiero que me atiendas, traigo lana!” Eso último que me gritó me hizo enojar y me detuve, me agaché para verlo a la cara a través de su ventanilla de copiloto que tenía completamente abierta y le dije “Se está confundiendo señor, por favor váyase”. Primero me vio a los ojos, luego mi escote el cual cubrí enseguida con mis manos. “¡Ay mamacita estas bien chichonzota!” Hice cara de enojada y le grité que se fuera, pero el me respondió: “Jajaja y también tu carita de puta mamadora, estás bien pinche guapa aparte de ponedora. ¿Entonces no me vas a decir cuánto, cuando te la meta ni me vas a querer cobrar?” Le grité que no y seguí caminando rápido. Oía como me seguía a marcha lenta, entré a la plaza y vi como siguió avanzando. Era un hombre mayor, tenía la cara muy maltratada, muchas arrugas, el pelo algo canoso y entradas muy grandes sin cabello. Sin barba, muy moreno, nariz grande y aguileña. Tenía las cejas pobladas y el ceño fruncido. Se veía fornido y de manos grandes y venosas.
    
    Estuve paseando por ...
«12...456...16»