Lembranzas 05: el mundo - Relatos Eróticos

Lembranzas 05: el mundo

... instante de aquel sacrificio mío ante sus ojos.

Y, de repente, casi simultáneamente, papá comenzó a correrse, casi sin tocarse, sujetándose la polla por la base. Manteniéndola tensa y con el capullo descubierto, amoratado, comenzó a verter al aire sus chorros de leche que manaban con una regularidad pasmosa, y sentí salpicarme en la cara la de alguno de los hombres cuyas pollas tenía en mis manos, no supe cual. Pronto noté un estallido en mi garganta y el palpitar en la mano de la otra que agarraba y sus salpicaduras. Mi cuerpo comenzó a convulsionar, a sacudirse en una sucesión de sacudidas brutales. Notaba la lubricación del esperma en mi chochito. Rebosaba esperma, me chorreaba esperma en la cara, en las tetillas, en el coño. Me sacudía violentamente, chillando. Me salía esperma por la nariz. Lo sentía rebosar de mi coño dilatado. Temblaba, chillaba. Caída en el suelo, de espaldas, veía sus pollas estallarme encima, regarme, y temblaba, me deshacía en espasmos incontrolables.

Supe que estaba en la cama de mi padre porque reconocí su olor. Yo misma olía a jabón. Habían debido bañarme.

La voz de doña Justa sonaba en mis oídos como a lo lejos. Sentía sus dedos deslizarse en mi chochito y mi culo resbalando y el alivio de un ungüento de fuerte perfume alcanforado que me escocía y, a la vez, aliviaba el dolor. Escuché la puerta cerrándose y noté el movimiento que provocaba en el colchón el cuerpo de mi padre al acostarse. Estaba duro y caliente, y me abrazaba. Sentí el contacto de sus labios en los párpados y me hice un ovillo entre sus brazos, pegada a él antes de desvanecerme.