1. Camila y Daniela


    Fecha: 15/07/2022, Categorías: Lesbianas Autor: Mario Fernandez, Fuente: SexoSinTabues30

    ... – responde la pequeña- llegamos ayer» «mmm que bien – responde Camila – yo también vivo en ese piso, vamos a ser vecinas» «sí – responde la mujercita – seremos vecinas». En ese momento, alcanzan el piso quinto y ambas bajan del ascensor. Caminan en silencio por el pasillo, hasta que la niña se detiene y le dice «bien, este es mi apartamento, el 504 y ¿cuál es el tuyo vecina?», Camila se ríe levemente y le dice «no me digas vecina, jaja me produce un poco de gracia…. dime Camila, no hay problema, ese es mi nombre, y mi apartamento es el 506, está al final del pasillo, si se te ofrece algo o a tus papás, pueden tocar la puerta, casi nunca estoy, pero tal vez, estén de suerte y pueda ayudarles» – «Ah vale, muchas gracias vecin….digo Camila jaja, que pena, se me olvidaba decirte tu nombre, tendré en cuenta tu ofrecimiento…por cierto, mi nombre es Daniela» – «Vale Daniela, con mucho gusto, que tengas una linda tarde». En ese momento Camila siguió su camino y se dirigió a su apartamento, dejando atrás a Daniela. Camila no lo sabía, pero ese día, había sellado su destino.
    
    Al entrar en su apartamento, Camila, comió algo primero, luego descanso durante una hora y finalmente, se dio una ducha, para vestirse y salir. No le interesaba irse demasiado arreglada, pues su plan era divertirse y no conquistar, aunque ella no rechazaba la idea de sexo ocasional o de conocer a alguien interesante esa noche, realmente su semana había sido dura y solo quería estar con Fernanda, su amiga, de una forma tranquila. Se vistió con unos jeans holgados que resaltaban su figura equilibrada, pues sus piernas no eran, ni muy gruesas, ni muy flacas y su cadera, igualmente. Además, sus nalgas, no eran prominentes, pero tampoco era «una tabla». Realmente estaba balanceada. También se puso una blusa negra, que normalmente no sería de mucho escote, si la usara otra mujer, pero en Camila no se cumplía esta norma, pues ella tenía unos senos grandes, superiores al promedio, que resaltaban bastante con cualquier tipo de prenda. Su talla de brasier era 36C y en ocasiones 36 DD, pues en los cambios hormonales, sus senos aumentaban de tamaño. Después se peinó su cabello negro y largo, que adornaba perfectamente su piel blanca y su delicado, pero maduro rostro de mujer. Se terminó de maquillar sus ojos cafés oscuros y su boca rosada. Procedió a colocarse unos tacones no muy altos y culminó con una chaqueta holgada de cuero. Salió de su apartamento y se encontró en el pasillo a Daniela, que estaba parada en su puerta, al pasar junto a ella, le sonrió, le guiño el ojo y le dijo «adiós bonita». La niña la miró y sintió el olor de su perfume, flotando en el aire a medida que Camila pasaba por el frente suyo e iba hacia el ascensor. La niña, sin entenderlo muy bien, al contemplar todo el escenario, quedó algo anonadada y perdió un poco el aliento, y sólo pudo contestar con una tímida sonrisa y un casi silencioso «adiós». Camila, ya en el Uber, que la llevaba al lugar de reunión, pensó por ...
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