1. Las fotos de mamá (Parte 2)


    Fecha: 09/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Yiyo2115, Fuente: CuentoRelatos

    ... le notaba especialmente cansado.
    
    —Tenemos demasiado trabajo en la oficina —protestó— no contamos ni con un minuto de descanso…
    
    —Bueno, ahora ya estás en casa —le dijo su mujer sujetándole cariñosamente las manos— ahora relájate y come un poco…
    
    —He cenado ya, cariño, lo siento…
    
    Iván pensó que a él le habría gustado aceptar el ofrecimiento y “comer un poco” quizá entre las piernas de su madre o quizá darle algo a ella para que comiera.
    
    —Voy a hacer café —dijo la mujer levantándose de la mesa— acompáñame, querido.
    
    Marido y mujer se ausentaron a la cocina dejando a sus hijos en la mesa, lo que Sergio aprovechó para incordiar a su hermana retirándole el pan de delante.
    
    —Ya has comido bastante pan por hoy —le dijo con malicia— tu culo ya es lo bastante gordo…
    
    —¡Idiota!
    
    —Aunque claro, seguramente te levantarás por la noche a devorar las sobras de la cena…
    
    —¡Yo no hago eso! —protestó Marta fuera de sus casillas.
    
    En la cocina, el cansado padre alcanzó el bote del café del armario de arriba. Su mujer aprovechó la postura para sobarle la entrepierna por encima del pantalón.
    
    —¡Mónica, cariño! ¿No puedes esperar a que nos vayamos a la cama?
    
    —Querido, me tienes muy abandonada, me hace falta ahora…
    
    Su voz sonaba jadeante mientras le desabrochaba la cremallera a su marido. Tenía la boca entreabierta y las bragas completamente mojadas.
    
    —Mónica, para. Los niños nos van a descubrir.
    
    —Nuestros hijos están muy felices de que haya vuelto Iván, no nos molestaran en un momento.
    
    El pene de aquel hombre era una versión tamaño rey del de sus hijos y a su mujer no le costó nada ponerlo tieso como un poste. Lo sacó todo afuera y lo masajeó a la vez que rozaba el glande con la punta de la lengua. Después, se lo metió entero en la boca y lo ensalivó a conciencia, chupando como una niña perversa un polo de limón aunque apenas podía respirar al hacerlo.
    
    —Que bien la chupas —articuló su marido en voz baja— por eso me casé contigo, necesitaba una mujer con la boca lo suficientemente grande como para engullir mi polla.
    
    Mónica estuvo un buen rato dando cuenta de la verga de su marido. De pronto la dejó estar y se puso de pie, se bajó los pantalones y se inclinó.
    
    —Venga, ahora clávamela…
    
    El hombre le bajó las bragas y le acarició la vagina con la mano, estaba caliente y húmeda.
    
    —¿Seguro que quieres que te folle? Si gritas te oirán inevitablemente…
    
    —Si grito tápame la boca, pero no me dejes así…
    
    La tomó entonces apoyada contra el mármol de la cocina. El falo le entró entero de un golpe para salir enseguida y volver a entrar de nuevo, una y otra vez con un ritmo demencial. Ella movía el culo frenéticamente mientras estrujaba una rebanada de pan con la mano y trataba de no aullar. Las manos de su marido palparon por delante hasta meterse bajo el suéter y sujetar los dos enormes pechos que colgaban desafiando a la gravedad. En el comedor se escuchaba la charla cordial de sus hijos y sus risas. Mientras charlaran no ...