1. Las fotos de mamá (Parte 2)


    Fecha: 09/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Yiyo2115, Fuente: CuentoRelatos

    ... monolítico a su hermano.
    
    —¡Joder! Pero si la tienes tiesa como un poste…
    
    —¿Y qué esperabas? —replicó Iván— Me ha clavado los pezones en el pecho…
    
    —A mi me gustaría clavarle otra cosa…
    
    —Está más buena de lo que recuerdo…
    
    —Que me vas a contar —Sergio se quitó los cojines y la almohada de encima, bajo ella no sólo no llevaba pantalones, sino que su erección también era espectacular.
    
    —Me podrías vaciar los huevos con la boca —dijo entonces Iván sujetándose el miembro con lascivia.
    
    —¡Joder, tío! Que nos puede pillar…
    
    —Sólo un poco… ¿te imaginas que fuera como en las pelis porno? ¿Qué nos pillara y se uniera a nosotros?
    
    —Yo me pido el coño…
    
    —Pues yo me pido la boca y el culo —se adelantó Iván.
    
    —¡Joder! La boca me la quería pedir yo…
    
    —La boca la tienes que usar para comerme la polla ahora mismo…
    
    —¡Qué no, tío! —protestó Sergio— que nos puede pillar…
    
    —Pues esta noche no te libras…
    
    Los dos hermanos tardaron un poco en estar listos y, una vez vestidos, se reunieron con su madre en la cocina. Allí les esperaba una sorpresa, pues otro miembro de la familia había llegado a casa, su hermana pequeña Marta.
    
    Marta se parecía a su madre de la misma forma que la imagen de un espejo deformante se parece a la persona reflejada. Era igual de bonita, tenía el mismo cabello y los mismos ojos, pero el primero lo recogía en una cola de caballo y los segundos tras unas gafas anchas. Sus pechos y sus caderas eran tan suculentos o más que los de su madre, pero algunos kilos de más disfrazaban esta particularidad.
    
    Marta se echó a los brazos de su hermano mayor en cuanto lo vio.
    
    —Iván, ha sido un año muy largo, todos te hemos echado de menos.
    
    —Lo sé, hermanita, yo también a vosotros…
    
    —¿A ella también? —intervino Sergio malicioso— eso no puede ser…
    
    —Instrúyete de una vez, Sergio, en que no tienes la menor agudeza… —contestó Marta secamente.
    
    —Se cree más lista que los demás —dijo Sergio— por eso utiliza palabras tan raras…
    
    —Más lista que los demás no, sólo más lista que tu —sentenció Marta.
    
    —Hay cosas que no cambian por más que uno se ausente —concluyó Iván.
    
    Ante la noticia de que el padre de Iván, Sergio y Marta llegaría muy tarde todos ayudaron a hacer la cena y poner la mesa y comenzaron sin él. Tanto Sergio como Iván disfrutaron de la vista de su madre, de sus ajustados pantalones (Iván notó que se le marcaba el chocho bajo la tela) y su ajustado suéter. Cuando ella se agachó para sacar el pescado del horno pudieron disfrutar de un primer plano de aquel culo que les volvía locos y fantasear con bajarle los pantalones y penetrarla allí mismo sin ninguna consideración.
    
    A Marta no la miraba nadie, esa era su frustración. Nadie la consideraba una chica atractiva a pesar de ser hija de una mujer como aquella, nadie veía más allá de sus gafas, sus kilos y su cola de caballo.
    
    Trascurrida ya la cena el padre de familia se presentó por fin. Saludó a sus hijos, en especial a Iván con efusividad, pero se ...