1. Ese paseo por las dunas


    Fecha: 07/07/2019, Categorías: Bisexuales Autor: Jhosua, Fuente: TodoRelatos

    ... tiempo en que, me aburro hasta yo, donde dejo pasar semanas e incluso meses, pero tras darme usa cierta tregua, tiempo que, siento la necesidad de volver a sentir ese placer. Y como una droga, pues es mucho más fuerte, me hace estar deseando sentir esas sensaciones, y quizás lo más divertido sea es que, lo cojo con más fuerza y ahínco... uuuffff!!.
    
    Y ya que, estamos, me viene a la memoria, aquellas veces que, caminaba por la playa a la altura de la orilla, cuya hora no era muy recomendable, pero, iba con mis pensamientos. Vez que, no dejaba de mirar hacia lo alto de la loma, cuya sensación mía arañaba la curiosidad, deseando saber que se cuece por esa zona. E intrigado, me da finalmente por subir loma arriba hasta llegar a la cima, cuya blanca arena contrasta con esos arbustos. Cuyos maleza y matorrales hacen caminos, y esa misma arboleda frondosa, oculta huecos en su interior, donde te puedes meter, ya sea para protegerte del sol, como para lo que, te venga en gana.
    
    Recuerdo que, me dio por mirar a mi alrededor, y no vi ni un alma, pero no en cambio, pues a lo lejos se divisaba movimiento de personas, cuyo sexo en su mayoría era de hombres. Dándome por caminar en el sentido que, iba cuando andaba por la orilla de la playa, caminaba de forma discreta, no deseando llamar la atención, o al menos más de lo que, lo hacía.
    
    Me cruzaba con algunas personas, hombres que, se me quedaban mirando, no llamándome la atención ninguno de ellos, buscaba algo distinto a lo habitual. Diciéndome para mí mismo, aquello de...
    
    Pero, como no llueve a gusto de nadie, dicho muy conocido, refiriéndome, sobre todo a los posibles encuentros, pues soy de esos que, pienso que, si hubiera ido por Portugal, Valencia, o incluso Sevilla, ya me hubieran mojado.
    
    Donde me cruzo con un tío, que, tras llamar mi atención, me giro y le veo con su polla en mano, una invitación en toda regla, y aunque, inicialmente pensé en rechazarlo, cosa que, recapacite, pues acepte.
    
    Viendo aquel tío, hombre maduro, cuya edad por sus facciones, y físico, rondaría entre los cincuenta y muchos y los sesenta y pocos años, cuerpo peludo, y ciertamente robusto, grandes manos como los mismos dedos.
    
    Individuo que, ver cómo me quede inmóvil, mirando su verga, como que, se me acerca, y me rodea con uno de sus brazos, cuya mano acaba en mis nalgas, y le da por mareármelas. Dándole por decirme...
    
    Y sin importarle, aquellos que, pasaban a nuestra vera, como que le da por cuello, oreja, e intenta mi boca, mientras siento esa otra mano, acariciar mi pecho, cuya boca acabo por lamer y morder mis pezones... ooohhh!!. Dándole por preguntarle...
    
    Y ver ante las pocas opciones, contestarle...
    
    Y sentir ya no solo esa mano magrear mis nalgas, sino esos dedos intentar perforar mi orificio, al tiempo que su boca, chupa, lame, muerde, y babea, tanto cuello, como pezones... ooohhh!!. Vuelve a preguntarme...
    
    Diciéndole...
    
    Decir, y reiterar...
    
    Y sentir, como a ese individuo, le da por tirar ...