1. SOY GUSTAVO Y ME GUSTA….


    Fecha: 06/07/2019, Categorías: Gays Autor: ANITO, Fuente: SexoSinTabues30

    ... estaba enterada de todo. Cuando llegamos ella me presentó y allí me dejó para que me dijeran lo que iba a hacer. Tomás: yo soy Tomás el jefe de la estación; tu trabajo será repartir la correspondencia en bicicleta, se te pagará un porcentaje por cada carta o envió que hagas; no te preocupes te alanzará para pagar donde tu vives. Toma la bicicleta y si quieres empiezas mañana, Yo: está bien señor. Ya tenía casa, trabajo y sobre todo el cariño de las personas donde fui recomendado por el sacerdote.
    
    Desde el día que empecé a repartir las correspondencias me fui ganando la simpatía de las personas del pueblo, ya todos me decían Gus, saber cocinar y lavar, me resulto muy bien, ayudaba a la señora Rosa en todo, le limpiaba la casa los domingos, tenía otros tres inquilinos y cuando querían que les arreglen algún desperfecto, yo lo hacía, eso le hacía ahorrar dinero a la dueña; arreglaba el jardín y le traía plantas para mejorar su aspecto, mi trabajo lo terminaba muy temprano y me daba tiempo para todo eso. La señora me decía: Rosa: Pareces un hija para mi, tan delgado y con una cinturita tan fina. Yo: Je, je, je. Señora: y eres muy trabajador. Cuando arreglaba el jardín, a veces pasaban hombres que lanzaban piropos, como salía con un pantalón licra, muy apegado a mi cuerpo, se me notaba el culo mucho: “mamacita, que rico culito” “ estas buenaza..” “Dame un besito en mi..” Yo me sonreía, y sabia llevarlo como una broma; un día me fije en el espejo desnudito y si tenía cintura muy fina, mi culo era paradito; y mi piel muy lisa, blanquita. Al dejar de hacerlo me puse a pensar porque no tenía una chica, nunca encontré respuestas.
    
    Un día estaba repartiendo la correspondencia y lleve una a la farmacia más grande del pueblo, el dueño me llamó. Enrique: Gus, ven un rato Yo: Si, señor. Enrique: Mira dentro de dos días mi repartidor se va a ir y no tengo a quien poner allí; te gustaría trabajar para mí; ganarías el triple de lo que recibes allí. Yo: Lo puedo pensar, Don Tomas ha sido muy bueno conmigo. Enrique: está bien pero solo hasta mañana. Yo: está bien. Esa noche lo consulté con la señora, y me dijo que aceptara, que ella hablaría con el señor Tomás. Acepté el trabajo, me dieron una bicicleta con rejilla mejor que la antigua, y todo mi trabajo se hacía en la tarde o a partir de las diez de la mañana, y en verdad ganaba más. Pero apareció el señor de la panadería, para que le repartiera el pan, entre las 6.00 de la mañana y 10.00; que no iba a interrumpir mi otro trabajo. Yo acepté, eso iba mejorando mi futuro. Pasaron los días y era más estimados por los vecinos, un día una señora me llamo a su casa y Sra.: Gus, mira mis hijos se casaron y se fueron a vivir a otro sitio lejos, no volverán aquí; aquí tengo muchas de sus cosas que de repente te sirven o lo llevas al albergue como tú quieras. Yo: gracias señora, las iré llevando poco a poco. Señor: yo tengo carro los llevo contigo, Y así fue, fueron cuatro cajas enormes con ropa de hombre, y dos con ...
«1234...»