1. Navidad con mi tía


    Fecha: 06/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    stábamos en casa de mis abuelos paternos , 24 de diciembre por la noche, a la hora de cenar, toda la familia reunida.
    
    Mis padres y yo llegados desde el interior a la Capital , mis abuelos , y mi tía Clara , que vivía con ellos , todos en la mesa familiar, disfrutando de la tranquila y amena reunión navideña , cena con abundante champagne incluido.
    
    A la medianoche, sonaron fuegos artificiales por todas partes, el cielo se iluminaba continuamente al son de los estruendos, y con el brindis de rigor, nos deseábamos felices fiestas entre todos.
    
    Fue allí que , al darle el beso correspondiente a mi tía, noté su perfume, que emanaba de su piel tibia y suave, impregnándome totalmente, y sentirlo mientras me deseaba felicidades con su voz sensual, fue suficiente para hacer brotar de mi cabeza las locas fantasías de un adolescente aun virgen.
    
    Clara, mi tía adorada, era una mujer de unos 43 años, alta, pelo castaño largo que caía sobre sus hombros recortando un cuello perfecto, ojos felinos, boca ancha y carnosa, tenía esa noche un vestido negro de raso que dejaba su espalda al aire, que mostraba su contoneo divino al caminar, y un tajo hasta las caderas que era una invitación al arrebato.
    
    Yo, 19 años vírgenes, masturbaciones diarias hasta matarse, flaco, callado y reservado , me moría por tocarla a toda hora, la buscaba con cualquier excusa para rozar mis brazos contra los suyos. En esos momentos, toda la sensibilidad de mi cuerpo se concentraba en ese toque tibio e instantáneo, matándome de deseos por ella.
    
    Para colmo, como era el más chico de la reunión, a cada rato me pedían cosas para traer y llevar, y mi tía frecuentemente me pedía que le trajera cosas de aquí para allá, inclinándose sobre mi oído sentada a mi izquierda, mostrándome en el escote la puerta a la felicidad, sus pechos que asomaban tenuemente sin corpiño, invitándome a darme un chapuzón en ellos.
    
    Yo por supuesto, atendía solícito cada uno de sus pedidos, que ella agradecía con caricias sobre mis hombros, tomándome de los antebrazos, y hasta en un momento me tomó del cuello con sus dedos, apretándome con sus uñas de un modo tan sensual que mi erección no tardó en llegar, obligándome a permanecer sentado y quietito para no pasar un papelón familiar.
    
    Pasadas las tres de la mañana, mis abuelos fueron a dormir a su dormitorio en la planta baja, y mis padres salieron a visitar a unos parientes avisando que llegarían al otro día.
    
    Mi tía Clara, se apresuraba para salir a bailar, así que a mí solo me quedaba irme a mi dormitorio resignándome a una Navidad lejos de mis amigos.
    
    Me quité la ropa quedándome solo en slip, prendí la tele y me acosté en la cama que me improvisaron los abuelos, en la planta alta.
    
    De pronto, siento la puerta de la casa abrirse, y entra mi tía , buscando vaya a saber qué, y al alzar la vista me ve en la escalera, en slip y nada más.
    
    -Qué hacés, que no saliste a vagar esta noche- me dijo
    
    -Nada, no conozco a nadie por acá, así que me ...
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