1. En la piel de ella


    Fecha: 31/05/2022, Categorías: Sexo Oral Autor: MathewDream, Fuente: CuentoRelatos

    Alexandra me pide que, a través de una fantasía, le haga sentir que soy otra persona que quedó en su recuerdo, y que le proporcione el placer que necesita sentir de ella como la despedida que nunca tuvo.
    
    La navidad no es una época que me guste demasiado y ese año, por pereza, no adorné en absoluto mi humilde apartamento, salvo por el detalle de un gorro de elfo ayudante de Santa Claus, que me regalaron en un comercio durante unas compras y dejé tirado encima de unos libros. Fue ese día durante las fiestas navideñas cuando había quedado con mi amiga después de mucho tiempo para poner proyectos en común y trabajar en escribir algo juntos como hacíamos antaño.
    
    Alexandra es una mujer de gran presencia y enorme creatividad que me atrajo desde el primer momento, pero que siempre consideré fuera de mi alcance. Aun así, cuando en una conversación casual durante una feria de libros vimos que teníamos ideas e inquietudes parecidas y que podíamos colaborar, no pude evitar ilusionarme con la idea compartir instantes con ella, aunque solo fuese un tema profesional.
    
    Antes de cada reunión su imagen se paseaba por mi mente mostrándome su sonrisa pícara, su mirada que parecía ocultar miles de secretos y sus fascinadoras rarezas, pero aún era peor cuando hacía acto de presencia y superaba sin esfuerzo las expectativas de cualquiera de mis pensamientos. Sus cabellos oscuros acompañaban con su movimiento muecas, a veces elegantes y a veces divertidas, que hacía mientras hablaba, y sus finos, pero apetecibles labios me tentaban cada vez que se juntaban y se separaban. Así, con el tiempo, el interés fue creciendo sin poder evitarlo y aquellos momentos a solas se convirtieron en la más placentera de las torturas, porque era un placer tenerla tan cerca y una tortura tener que contenerse ante las ganas de tener algo con ella, ya que por desgracia para mí, la atracción no era mutua. Había una tercera persona en la ecuación que desequilibraba todo: Alex estaba en todos mis deseos, pero en los de Alex solo estaba Marina.
    
    Aquella jornada en el cuerpo de mi compañera, como de costumbre, mandaba el negro que estaba presente en todas y cada una de las prendas que vestía, desde sus botas altas y sus medias, las cuales tenían hipnóticos adornos de encaje, hasta su chaqueta, tipo sudadera con capucha, que hacía juego con sus uñas engalanadas con tonos oscuros sobre los que aparecían motivos de lunas y estrellas. Pero por supuesto también había morado, otro de sus colores. En sus labios, en su sombra de ojos y en su pantalón corto.
    
    Nos sentamos y empezamos a hablar, a reírnos, a ponernos al día sobre nuestras vidas, y así, la conversación no tardó en desviarse hacia lo personal. Y es que mi admirada compañera se mostró melancólica de aquella relación que tuvo con Marina y que me contó que no hacía mucho que se había terminado. Me confesó que sentía que quedó algo pendiente y eso le impedía seguir avanzando en su vida afectiva y sexual. Estaba claro que necesitaba ...
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