1. El escort


    Fecha: 21/03/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos

    Hoy es uno de esos días en los que siento que mi cuerpo arde y un fuego abrasador nace desde mi interior y se expande por cada una de mis terminaciones nerviosas. La sangre me hierve, los pezones me duelen, mi sexo segrega tantas babas como un caracol cuando se arrastra por el suelo. Será porque estoy ovulando.
    
    Es viernes por la mañana y le he dicho a mi marido que antes de irse al simposio tiene que pagar prenda, así que el día da comienzo con un polvo mañanero que aplaca, por el momento, ese deseo abrasador.
    
    Nos damos una ducha y le ayudo a hacer las maletas, después lo llevo al aeropuerto, mejor dicho, me lleva él a mí porque no le gusta ir de copiloto cuando yo conduzco.
    
    Me he tomado el día libre en el trabajo con la excusa del aeropuerto. La verdad es que no me apetece ir, tengo mi trabajo controlado y no hay ningún proyecto que requiera de mi supervisión hoy. Después de despedirme de mi esposo en la terminal, entro en Valencia y aparco el coche en Fnac para comprar un libro y un pendrive. A continuación camino hasta el Corte Inglés y me compro algunos trapillos, sobre todo lencería para las ocasiones.
    
    Como todavía es pronto, llamo a una amiga y la invito a comer a un italiano. Pedimos un risotto con champiñones y un vino, sin pensar que la combinación ovulación-vino puede ser una bomba de relojería, por tanto, intento no abusar del alcohol con la idea de poder conducir después, ya que el alcohol y la conducción nunca son buenos aliados.
    
    Después de comer nos vamos al Café de las Horas y tomamos tres cafés más, con tertulia incluida, y sobre las seis de la tarde nos despedimos para seguir cada una su rumbo.
    
    A las siete llego a casa y me doy una ducha tonificante. Como he dicho, estoy en uno de esos días en los que estoy más susceptible en todos los sentidos, y a pesar de que la mañana ha empezado con buen pie, siento la necesidad de tocarme de nuevo, y lo hago acariciando mis pechos, después deslizo las manos mojadas por mi abdomen hasta mi sexo y lo oprimo. Mis dedos se deslizan por la raja hasta que abren el capuchón en busca del pequeño nódulo. Sé que puedo correrme en pocos segundos y culminar mi placer, pero una idea que en momentos similares a este se fraguó en mi mente, empieza a tomar forma de nuevo, y parece que todos los planetas se hayan alineado para que hoy sea el día indicado.
    
    Vacilo unos instantes porque la idea de aventurarme en semejante insensatez me abruma, pero como he dicho, no es la primera vez que esos pensamientos pululan por mi cabeza y tras unos minutos de reflexión pienso que hoy es el día idóneo para hacerlo, así que entro en una página de escorts y me recreo por la extensa variedad de especímenes mostrando sus vergüenzas y dispuestos a satisfacer los más exquisitos gustos de cualquier fémina presta a solicitar sus servicios. Creo que dos horas dan para mucho y concluyo que es más que suficiente.
    
    Abro la página a la que ya le tenía echado el ojo, de igual modo, busco al modelo y no me cuesta ...
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