1. Las refugiadas 2 - Nochevieja de horror (final)


    Fecha: 11/03/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: JBWriter, Fuente: TodoRelatos

    Esta historia va por la segunda parte. Si no has leído la primera es mejor que empieces por leerla cuyo índice puedes encontrar en:
    
    Las Refugiadas 1:https://www.todorelatos.com/relato/195640/
    
    Y en cuanto a los capítulos de esta parte:
    
    Mayoría de edad…:https://www.todorelatos.com/relato/197196/
    
    Pasaporte:https://www.todorelatos.com/relato/198156/
    
    Desvirgada:https://www.todorelatos.com/relato/198950/
    
    La «enfermera»:https://www.todorelatos.com/relato/199823/
    
    La «doctora»:https://www.todorelatos.com/relato/200191/
    
    Nochevieja de horror:https://www.todorelatos.com/relato/200311/
    
    Y ahora os dejo con la historia:
    
    Hacía unos segundos que él había sacado los coágulos y estaba limpiándose el brazo y la mano cuando Alfiya perdió el sentido. Seguía manando un poco de sangre por su abierto coño.
    
    —Ya ha muerto —comentó Yaroslav—. La hemorragia no ha cesado.
    
    Los interrogadores empezaron a lanzar juramentos. Uno abrió un armario refrigerado mientras que el otro metía toallas enrolladas en su vagina tratando de cortar la hemorragia. El primero puso las dos bolsas en un soporte y, uniéndolas mediante sus catéteres a una aguja clavó esta en la vena del brazo derecho y la graduó a alta velocidad para llenar su cuerpo y compensar la hemorragia. El segundo le puso el medidor de tensión.
    
    —Seis y tres —dijo una vez leyó el resultado—, con ciento veintitrés pulsaciones por minuto.
    
    —Oxigeno —dijo el otro—. El suero y el plasma deberían subirle la tensión pero hay que bajar sus pulsaciones.
    
    Durante minutos los acelerados interrogadores se comportaron como improvisados médicos para tratar de evitar la muerte de la mujer. Después de cambiarle por segunda vez las bolsas de suero y plasma el interrogador descolgó el teléfono y llamó al puesto de control.
    
    —Tenemos un código rojo. Es necesario llamar al médico.
    
    —Inicio el protocolo —respondió al otro lado de la línea, lo que oyeron todos pues por protocolo el teléfono se respondía por los altavoces—. Dos horas y media hasta la siguiente abertura.
    
    —Imposible —replicó el interrogador—. No aguantará tanto. Una prioridad rojo uno y solicita autorización a Moscú. Paciente Alfiya Fyodorova.
    
    La línea se cortó. Diez minutos después sonaron los altavoces.
    
    —Prioridad rojo uno aceptada. Tiempo estimado de presencia del médico unos cuarenta minutos.
    
    »Ordenes complementarias: evacuación simultanea de refuerzo, salvo un recurso que permanecerá hasta el alta.
    
    —Prepararos para salir —ordenó el interrogador jefe—. Excepto tú. —señaló a Yaroslav—. Te quedaras de guardia ¿Tienes que avisar a alguien?
    
    —No. No hay necesidad de avisos.
    
    Durante el tiempo de espera los interrogadores explicaron a Yaroslav como sustituir las bolsas de suero y plasma. También como controlarle la tensión y las pulsaciones con el aparato automático y comprobar la máscara de oxígeno. Poco más podían hacer. Lo dejaron solo pues también deberían salir al entrar el doctor. Minutos después este entraba en la ...
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