1. Historias del complejo turístico (46)


    Fecha: 03/07/2019, Categorías: Infidelidad Autor: jejen, Fuente: TodoRelatos

    La historia de Diego
    
    Capítulo 4
    
    Me desperté después del mediodía y me fui a correr, era una mierda lo que estaba sintiendo, pero no quería estar en casa con ella.
    
    Cuando volví aún dormía, me preparé un café y me senté en el piso del balcón a tomarlo, cuando se levantó la escuché ir a la cocina, supongo que a preparar algo para comer.
    
    Después se sentó en la cocina y escuchaba desde el balcón el sonido de los mensajes llegándole a su teléfono, no podía saber si ella los estaba contestando, el sonido del mensaje enviado, no alcanzaba a escucharlo.
    
    En un momento, la escuché enviando un audio, no entendía de qué iba la conversación, ni con quien estaba hablando pero dijo, “Debe haber ido a correr, hoy no puedo, me quedo en casa, ya anoche llegué muy tarde y estaba despierto”.
    
    Me levanté del piso y entré al estar, cuando fui para la cocina, ella ya no estaba, había ido al baño y podía escuchar el agua de la ducha.
    
    Entonces decidí salir de casa y dar una vuelta para poder pensar, ni el teléfono llevé, había quedado sobre la mesita de noche. ¿Qué era lo que no podía hoy? ¿Con quién estaba hablando? ¿Encontrarme despierto al llegar había sido inesperado para ella? Seguramente, y por eso fue que me tuvo que decir que la había traído Gonzalo.
    
    Caminé un buen rato antes de volver a casa, casi que no quería volver y que hiciéramos como que nada estaba pasando.
    
    Cuando volví, Marcela no estaba, y sobre la mesa, había una nota que decía, “Fui a tomar un café con Agustina, tiene un problema, vuelvo en un rato”.
    
    Me quedé sentado un rato en el sillón pensando, lo que estábamos viviendo, se estaba transformando en lo que no deseaba para mi matrimonio, mentiras, cosas ocultas, días esquivándonos por la casa, ¿tenía sentido seguir así?
    
    En este tiempo varias veces me cuestioné si aún estaba enamorado de Marcela, y mi respuesta fue siempre que sí, aunque me estaba costando mucho manejar nuestra relación de esta manera.
    
    Pero..., ¿ella seguía enamorada de mí? Y por primera vez me empecé a pensar en la separación, aunque que sabía que me costaría una decisión así.
    
    Muchas veces necesité buscar el punto de inflexión, ese momento en que nuestra relación cambió, para hacer la qué es en este momento, y sin temor a equivocarme, podría asegurar qué fue cuando mi padre decidió vender el estudio, creo que Marcela tenía muchas expectativas de que el negocio fuera mío, y de esa forma tener una vida más parecida a la de su amiga Carolina, qué a mi ver, era lo que más le atraía, una vida cómoda y con ciertos lujos, que nuestros ingresos en este momento, no nos permitían.
    
    A pesar de trabajar todo el día, siempre estaba buscando una nueva posibilidad, un nuevo trabajo qué nos permitirá vivir más holgadamente, cambiar nuestra casa, el auto, unas buenas vacaciones, y para nuestros momentos de esparcimiento, salidas, entretenimientos y ropa, a Marcela le encantaba comprarse ropa, de hecho el lado suyo del placard, estaba mucho más repleto de ropa que ...
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