1. Fátima, la sobrina de mi mujer


    Fecha: 03/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Richi67, Fuente: TodoRelatos

    ... para tocarnos nuestras partes íntimas mutuamente. Ella en mi pene y yo en su coño, ya nos provocábamos un deseo enorme de hacer el amor, lo que produjo que ambos nos despojemos de los pantalones y la ropa interior, quedando desnudos.
    
    Inmediatamente nos fuimos al dormitorio; habíamos terminado de poner la nueva ropa de cama elegidas precisamente por ella, así que, qué mejor momento para estrenarla. Abrimos la cama y nos deslizamos sobre las sábanas grises; allí, seguimos besándonos y tocándonos todo el cuerpo piel a piel, mis labios iban bajando hasta llegar a sus tetas y luego a su vagina que estaba toda depilada, y sus labios vaginales bastante mojados. Su coño tenia un sabor agradable; ella se revolvía gimiendo a la vez que se mojaba más a cada lamida de su coño, luego cambiamos de postura, y fue ella, quien cogiendo mi pena con su mano, se lo metía en la boca, lamiendo el glande y chupandola por completo, haciendonexuna mamada en toda regla.
    
    No quedaría ni un palmo de su cuerpo que mi lengua no haya recorrido, especialmente sus partes íntimas, ella tenía un culo bonito, el cual también lo lami y lo chupé, además, de meterle un dedo, para dilatarlo un poco, Fátima me dijo que aún no deseaba por allí, así que respetando sus palabras me centre el su vagina. Poco a poco fui metiendo mi pene suavemente, aunque ella no era virgen, y eso lo suponía, hacía mucho tiempo que nadie la había penetrado.
    
    De pronto noté que estaba muy lubricada, así que apuré el ritmo y ambos gimiendo y jadeando al unísono y con un movimiento rítmico acompañado, el mete saca fue tomando más velocidad, hasta que pasados u os minutos largos, ambos casi a la vez nos vivimos, explotando mis testículos y derramando todo su semen en la vagina de Fátima. Aún estuvimos unos minutos unidos y pegados, luego le propuse que se quedase a dormir, ella me preguntó si esa oferta era para siempre; hasta cuando tú quieras, le contesté.
    
    Durante muchos minutos estuvimos hablando antes de dormir; ella se preocupaba por la reacción de sus padres y de la demás familia; ya bastante hablaban del apoyo de Fátima cuando mi mujer enfermó, luego cuando murió y ahora con las obras de mi casa; cuando se enterasen de que tenemos una relación, seremos la comidilla del círculo completo. Pero aun así, ella me confesó que siempre estuvo enamorada de mi; primero como el padre que le hubiese gustado tener, y luego como el marido que le hubiese tocado. Yo era para ella todo un referente en su vida; por eso lo que ocurrió hoy entre nosotros, ella lo deseaba desde que se hizo mujer. Así que dijesen lo que dijesen y pensasen lo que pensasen, para ella lo único importante era lo que piense yo.
    
    Yo también le confesé, que desde pequeña fue para mi mujer y para mí, la hija que no pudimos tener, pero que después de quedarme viudo y dado que la relación entre Fátima a y yo, se iba haciendo cada vez más íntima, puesto que hablábamos de la casa como si fuésemos una pareja de novios que están la está ...