Terapia de grupo 3 - Relatos Eróticos

Terapia de grupo 3

... Alex cerró sus dedos en torno a ellos, comprobando su dureza, pellizcándolos y arrancándole un gemido de gusto. La chica no pudo aguantar más y metiendo la mano por debajo del vestido, busco la polla y agarrándola la dirigió directa a su coño, sin apenas otro trámite que pasar la punta un par de veces por su rajita para acabar de lubricarla.

Entró fácil y rápido, apenas ella se dejó caer en peso, empalándose hasta el fondo. Tenía la vagina dilatada de la otra verga que la había penetrado apenas unos minutos antes.

Inició un recorrido lento, sacándola hasta casi el prepucio, para luego meterla hasta hacer tope con sus testículos, aguantando ahí la posición unos segundos, para luego volver a repetir el movimiento. El pene resbalaba en su vagina mojada sin ningún problema. El juego se repitió unas pocas veces hasta que Alex se tensó, a punto de orgasmar.

- Me voy a ir dentro de ti….Me voy…

Ella no dijo nada pero llevo su mano al clítoris y empezó a frotarlo con fuerza, sin dejar de follar.

Alex se derramó en una corrida intermitente, arrojando semen en tres o cuatro chorros entrecortados, mezclándose este, con los restos del hombre anterior y con el flujo cada vez más abundante de ella.

La muchacha dejó de cabalgar, haciendo presión hacia abajo y recibiéndolo todo, pero sin parar de masturbarse. Apenas unos instantes después, soltó su clítoris, sabiendo que así prolongaba el orgasmo que ya venía inevitable. Se corrió entre gemidos y temblores, moviendo su pelvis para sentir bien la polla, presionándole desde dentro su zona más sensible y sollozando de placer con cada pellizco que Alex aun le daba en sus pezones. Después, se derrumbó sobre él.

Aun tardaron un poco en poder articular palabra. Alex percibía su respiración entrecortada, emitiendo bocanadas de aire caliente hacia su garganta. Notaba las tetas apretándose contra su pecho, con los pezones todavía duros. Al buscar una postura más cómoda, su pene se deslizó fuera de la vagina, dejando salir una humedad tibia que empapó aún más si cabe sus vientres y pubis.

- ¿Te ha gustado? - Preguntó la chica, melosa y ronroneante.

- Sabes que sí cariño…el mejor polvo de todo este mes…y también sabes que te quiero más que a nada.

Inma escondió una sonrisa en el pecho de Alex y se abrazó más fuerte. Sí, claro que había disfrutado, ella sabía de sobra lo que le gustaba a su chico…