Historias del tolita 6 - Relatos Eróticos

Historias del tolita 6

... y relajados, tan calientes, que en un momento, sin casi darme cuenta me senté sobre el mástil y se metió dentro de mí. Resbalo tan dentro que solo se escucho como lloriqueaba yo con el vergón clavado dentro de mí. Empecé a subir y bajar jugando con la estaca clavada. Gos gruñía sosteniéndome por las caderas, el ruido del agua se hacía música de acompañamiento y su pedazo entraba y salía de mi cuerpo.

Gos metía su pedazo en mi ojete dispuesto, caliente, baboso, entregado a aquel macho maduro y que había conocido hacia un buen rato. Me estaba dando una tremenda cogida, me hacia sentiré su gran machete hinchándose dentro de mi culito ardiente y ardido, pero el placer era cada vez mas inmenso y agradable, mis lloriqueos hacían que aquel macho se enardeciera más y de pronto yo explotara lanzando mis chorros de semen que se hundía n en el agua tibia de la bañera

__Ahhh goza…así mi putita hermosa, como te gusta estar clavada a un pedazo como el mío,… se nota como lo quieres y disfrutas, tanto como yo de tu culito sabroso…eres un hembrita tremenda…como no te conocí antes…ahhh…te voy a llenar el ojete de leche, la quieres, eres tremenda tragona…

__Si papi…lléname con tu lechita ay, ay, ay…me encantan los machos como tu…ay…ay siii__ lloriqueaba muy zorra. Gos me levantaba en vilo casi con su machete poderoso clavado en mi ojete bufón.

Me mordisqueaba cuando podía la espalda. Me hacía delirar de lujuria, casi con una furia desconocida, me coloco en cuatro patas en la bañera y me bombeaba enloquecido y brutal, me dio algunos chirlos en las nalgas enrojeciéndolas. Temblaba yo de placer, el que me estaba dando aquel estanciero calentón y amante de los jovencitos.

Gos apuraba sus embestidas. Yo casi hundía mi rostro en el agua, el se tomaba de mis cabellos. Me tironeaba, gruñendo. Parecía un animal salvaje, salido de los bosques vikingos.

__Te voy a llenar cariño, ya viene… ahhhh… ya… ya…ohhhh…__ empezó a llenar mi cola de leche .Una andanada de semen golpeando en mi interior y yo me retorcí como un insecto atrapado en una espada, la bomba se detuvo unos cuantos instantes después, el animal salió semi desinflado en mi cola humeante. Abiertto y entregado completamente a aquel macho que me había encontrado en una calle cualquiera de aquel pueblo.

Una vez que su pedazo estaba fuera de mi. Aquel maduro sonriendo y suspirando

__Límpialo bien__ me sugirió con la lengua entre los dientes, como un chico que pide un golosina. Mire su rostro y me metí la gorda pija en mi boca, empecé a chupar, limpiando los restos de una cogida estupenda. La poronga se fue levantando entre grititos y aullidos. Lentamente, mientras más limpia quedaba más dura se ponía. Lo enjabone con ambas manos, la enjuague y la seguía dura, así que seguí mamando, chupando, lamiendo las bolas endurecidas.

Los gruñidos y gemidos de Gos hacían que continuara por aquel camino. Mi saliva invadía el machete, sabroso, mordisqueaba ese pedazo que me encantaba, quería nuevamente ...