Pérfida - Relatos Eróticos

Pérfida

... percutir y el de arriba se separaba para aflojar peso sobre su compañero.

- ¡Germán va a tener más cuernos que todos los alces del mundoooooo!

En ese momento la puerta de la entrada saltó por los aires. Y lo que parecía un centenar de gendarmes entraban armas en mano gritando os que nos quedáramos quietas y a ellos tirandolos al suelo.

La última en entrar la vieja que nos alquiló la casa.

La muy puta había llamado a la policía cuando fisgando por la ventana (cosa que es ilegal) descubrió la orgia. Y con la excusa de que nos estaban violando llamó a la policía con la esperanza de que desalojaramos la casa, llevándose el dinero del alquiler íntegro amen de la fianza.

Nos vestimos como pudimos y nos llevaron a comisaría a declarar. Menos a Lola, a ella la llevó un policía en brazos a un hospital. Más tarde descubrimos que había denunciado por violación a los dos con los que había follado antes y que borracha la habían dejado para que la durmiera en su cuarto mientras ellos jaleaban al trío de la mesa.

Si hubiese esperado hubiese salido con la dignidad intacta y sin destrozar la vida a dos pobres chicos, que sólo hacían para lo que les habían pagado.

Nita en un alarde de furia imparable, hizo que saliesen los chicos libres de cargos (menos los de la violacion ya que ignoraba lo de la denuncia), y demostró que la coca era para consumo propio. Además demandó a la vieja por tal cantidad que todo lo que se gastó en la fiesta del fin de semana parecería una propina.

Con el fin de semana acabado casi antes de empezar nos fuimos a casa al día siguiente.

Yo tenía miedo de que recordaran lo del móvil, pero al abrir la caja fuerte y descubrir que estaban todos ahí, creyeron que fué cosa del alcohol y la coca.

En casa, conté lo que había pasado, menos lo de la orgia y la coca. Mi padre quiso demandar a la vieja también por invasión a la intimidad y denuncia falsa.

Cuando le conté lo que ocurrió en comisaría se tranquilizó.

La primera parte del plan estaba hecha.

Durante la semana estuvimos poniendo malas reseñas en los anuncios de esa casa y de otras que alquilaba.

Llegó el día de la boda.

Como dama de honor estaba encargada de que todo dentro de la iglesia estuviese en orden. Mientras Asun y Sofi revisaban las etiquetas de los asientos yo aproveché para colarme en un cuarto donde estaba el sistema informático que era el encargado de poner las fotos en un pantallón, exactamente desde el movil accionado por Lola. Conecté el pendrive, que llevaba escondido en el ramillete de la muñeca, en el puerto USB que quedaba libre y copié el vídeo que grabé en el que estaba conectado con las fotos y vídeos que Nita había elegido para mostrar mientras sonaba el Nesum Dorma. El vídeo lo copié varias veces, no tenía tiempo ni habilidad para hacer que se pusiera en bucle. Así se repetiría la escena varias veces. Eliminé unas fotos editadas con fotoshop en la que aparecían Nita y Germán algo mayores rodeados de niños y niñas en un ...