1. Se la chupé a mi policía favorito con mucho cariño


    Fecha: 26/04/2022, Categorías: Sexo Oral Autor: AngieMontiel97, Fuente: CuentoRelatos

    ... como arrancó el taxi y se fue, no voltee a mirarlo pues me distraje con los silbidos y gritos de todos los hombres que me estaban viendo. Y no los culpo.
    
    Mientras viajaba en el taxi me miré al espejo, mi apariencia era terrible. El delineador de los ojos escurrido, el labial manchaba mis mejillas, mi cabello estaba hecho un desastre, por más que me acomodara el vestido seguro mi ropa interior se asomaba y transparentaba pues estaba empapado en sudor. Y como toque final, los billetes que se asomaban desde mi llamativo escote.
    
    Desde ese punto eran casi cien metros hasta la caseta de vigilancia del fraccionamiento. No me pude haber tardado más de tres minutos en cruzarlo, aún con el vestido zancón y los tacones. Pero me pareció eterno el recorrido. Sentía la mirada de muchos hombres sobre de mí y varios de ellos me conocían, los llegué a saludar en muchas ocasiones y les había comprado comida varias veces. Bastó ese instante para que me perdieran la estima. Se atrevieron a gritarme cosas como “¡Para eso me gustabas chula!” o “!Ya llegaron las tortas de niña fresa!”. El que más recuerdo fue cuando pasé al lado del puesto de los licuados. Se llama Román, casi cada mañana le compraba mi jugo de naranja y durazno. Siempre me lo tenía listo justo a la hora. Recién hecho. A veces ni siquiera me lo cobraba y bromeábamos un rato antes de irme a la universidad.
    
    “Ay mamita, con esas naranjotas me hago un jugo” me dijo Román mientras pasaba al lado de su puesto. Me detuve unos instantes para saludarlo. Como estaba ya entre dos puestos, casi no me veían.
    
    “!Romaaan! No digas esas cosas, nos conocemos…” le dije fingiendo estar enojada.
    
    “No si te reconocí en cuanto te bajaste del taxi. ¿Qué pasó? ¿Eso del estudio no es lo tuyo y ya te dedicarás a otra cosa?” Me dijo él y me sonrojé mucho.
    
    “No digas tonterías Román” Seguía fingiendo mi enojo. “Ya mejor me voy, gusto en verte”
    
    Le dije mientras el miraba descaradamente mi escote.
    
    “No pues espero que me tomes a cuenta los licuados que te he regalado” me dijo sonriendo.
    
    “¿A cuenta para qué?” le pregunte todavía más sonrojada.
    
    “No pues con razón dejaste la escuela, cero sesos” Se burló. Yo me reí y me despedí. Caminé los pocos metros que faltaban para la caseta de vigilancia del fraccionamiento. Pasó lo inevitable.
    
    Fernando el vigilante estaba sólo en la caseta, no tardó en darse cuenta que yo me aproximaba. Fijó la mirada en mí, en mis piernas. En mis pechos que sentía como brincaban cada que apoyaba mis tacones en el duro pavimento.
    
    “Angie, ya de regreso… ¿Todo bien? La veo algo mal…” me dijo con voz preocupada.
    
    “Hola Fernando, si todo bien, no te preocupes, nos vemos luego” lo que más me importaba en ese momento era llegar rápido al departamento sin llamar la atención. Evitando que me viera algún vecino en ese estado o que alguien me hiciera preguntas.
    
    “No no no, como crees? Déjame acompañarte hasta tu edificio, si quieres contarme que te pasó, está bien. Si no, no importa, ...
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