La curiosidad me llevó a una gran corrida - Relatos Eróticos

La curiosidad me llevó a una gran corrida

... quieres, nos volvemos a ver. Me gustas mucho”, le dije mirándole sus ojos color aceituna.

“Nos vemos cuando quieras. Nos vemos o nos los hacemos. Tu verás.” Me contestó.

“Nos lo hacemos. Tengo que confesarte una cosa, le dije, es la primera vez que lo hago con un hombre y en un sitio como ese”.

“¿Te arrepientes?”

“Ni una miaja. Ha sido lo mejor que he hecho en mi vida. ¿Te puedo confesar una cosa?”.

“Claro.”

“Me ponías como una moto cuando me acariciabas la entrada del culo. Nadie me lo había hecho nunca y me alucina. Me pone a cien.”

“Pues la próxima vez habrá más, no te preocupes.”

Nos dimos los teléfonos y cada mochuelo a su olivo. No os cuento las pajas que me hice pensando en Sergio y los masajes anales que me hice.