1. La curiosidad me llevó a una gran corrida


    Fecha: 01/07/2019, Categorías: Gays Autor: karl, Fuente: TodoRelatos

    LA CURIOSIDAD ME LLEVÓ A UNA GRAN CORRIDA BAJO LOS PINOS
    
    Bajaba por la calle de mi casa para coger el autobús cuando vi en el suelo una revista medio arrugada y abierta por una página en la que una imagen de dos tíos desnudos. Uno de ellos estaba mamándosela a otro, la cogí y vi que en la portada un tío en bolas, la polla flácida pero de tamaño el doble que la mía, la revista se llamaba “MACHOS”. La ojeé con curiosidad y no daba crédito a lo que veía, fotos como de fotonovela pero de tíos que se follaban entre ellos, que se metían las pollas en la boca o que se la metían por el culo peludo, que se lamían el ojete etc. Pude ver que había relatos, pero no me detuve a leerlos, abrí con cuidado hojas pegadas entre ellas y pensé que se habían corrido viéndola y la lefa ya seca había hecho que se pegaran. Me la guardé en la mochila para verla más tarde en mi habitación o en el baño.
    
    La revista contaba historias de chicos que se conocían en parques, que se enseñaban las pollas y se las mamaban, se besaban en la boca y se lamían las lenguas, que se abrían el culo en habitaciones como de hotel barato y se lamían el año y se las metían con gestos de y de éxtasis y se corrían unos encima de otros. Se veían chorros de semen blanco correr por culos, por el vello del pubis o en pechos cubiertos de vello.
    
    Me fijé en concreto en uno que era un chico como de mi barrio, un chaval normal, con el pecho velludo y una cadenita de oro con una cruz que se escondía entre el pelo de su pecho, sus pantalones en el suelo, sus calzoncillos en sus rodillas, sus brazos en alto para enseñar sus sobacos peludos, su cara mirando en éxtasis al cielo y en su abdomen y su muslo chorros de semen blanco producto de una anterior eyaculación.
    
    En la revista, las historias se desarrollaban la mayoría en parques o bosques donde los chicos encontraban el placer, aunque otras escenas se desarrollaban en habitaciones donde las camas eran el lugar preferido. En una de ellas, la que me dio más morbo, la escena tenía lugar en el cuarto de baño, donde un hombre joven, moreno y con bastante vello en el cuerpo sodomizaba a un chaval más joven que se apoyaba en el lavabo, tenía las piernas abiertas exhibiendo un culo lampiño y dónde el chico mayor metía su polla hasta el matorral de vello de su pubis. Me fijé en sus cojones velludos y me corrí como un semental.
    
    Nunca había sentido tanto placer al ver imágenes así. Nunca hubiera pensado en correrme viendo a tíos follando. Pero era tanta la excitación que mi erección no bajaba ni cuando me había corrido.
    
    Leí como un poseso los relatos de la revista y al final volví a masturbarme y me quedé dormido.
    
    A la mañana siguiente decidí que tenía que buscar algún lugar, algún parque, algún bosque o sitio donde se pudieran encontrar tíos como los de la revista.
    
    No se lo que me había pasado, pero necesitaba tener esa experiencia. Mi sexo estallaba de continencia y de necesidad de vaciarse y probar lo que había visto y leído en la ...
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