1. Mi amante, el zapatero fetichista de mis pies


    Fecha: 21/03/2022, Categorías: Fetichismo Infidelidad Autor: Mariana1983, Fuente: SexoSinTabues30

    ... silencio me dijo: -”por favor, te lo suplico, voy a hacer una llamada telefónica, te pido absoluto silencio, voy a llamar a mi esposa, y no quiero que escuche que estoy con una mujer. -Hice el gesto de que mi boca estaba sellada, y el levantó el telefono del comercio marcó un número y cuando le atendieron dijo… “-amor, ya voy para ahí, me retrasé porque no me cerraban algunos números, pero ya estoy saliendo. Mientras yo me vestía me explicó que su esposa era una mujer tremendamente celosa, tan controladora que le obligaba a llamarla desde el número de su comercio en el momento de cerrar, para que ella pudiera controlar el tiempo que demoraba en llegar a su casa. No podía llamarla desde el movil, si él estaba en el comercio debia llamarla desde el telefono del comercio. Su rutina era controlada y medida, de su casa al comercio y del comercio a su casa, y con el tiempo cronometrado, para que no pudiera desviarse camino a casa. Mismo así, este hombre se las había ingeniado para burlar el control de su esposa, y con mi complicidad, tener un encuentro en el corto tiempo que lleva cerrar el comercio y cerrar los libros contables. Me compadecí de ese hombre tan bueno, y tan tierno, que lo único que buscaba era un poco de placer y morbo, una satisfacción a su fetichismo por los pies femeninos y por los zapatos de tacón. Y -cuando llegué a casa con las sandalias- mi esposo no podía creer mi relato, y toda la peripecia que había vivido apenas para que al final ese hombre se conformara con regar su semen sobre mis pies. El lunes, a la tarde, recibo una llamada, y era de nuevo ese hombre, que a estas alturas de mi relato no me atrevo a identificar ni siquiera por su nombre de pila, ya que temo que puedan identificarlo dado que hay pocas zapaterías importantes en mi ciudad y en la industria todos se conocen. Pero tampoco importa su nombre, lo importante es que ahora este hombre ya había ganado mas confianza conmigo, y cuando le atendí, se sentía dichoso de que yo hubiese aceptado de buen grado complacer sus gustos tan particulares y para decirme que -si yo no tenía reparos- al sábado siguientes podíamos repetir el encuentro que el sería muy generoso conmigo como yo lo había sido con él. Mismo sabiendo que el sábado siguiente yo iría a su encuentro, no dejaba pasar oportunidad de telefonearme, me llamaba para contarme sobre su aburrida vida sexual, para contarme de su esposa que nunca le había hecho sexo oral, y que decía que el sexo anal era “una porquería” Asi que estimulada por esas confesiones, -y para provocarlo- yo le decía que -en mi caso- adoraba que me dieran sexo anal, y que disfrutaba de hacerle oral a los hombres hasta que lograr que estallen en mi boca. Eran conversaciones excitantes, yo procuraba estimularlo con mis palabras y el tono de mi voz, y él disfrutaba de algo diferente, algo que ni yo ni el imaginábamos podía llegar a ocurrir. Aunque me percataba que a veces mis palabras lo dejaban un poco abrumado, casi avergonzado de que yo fuera tan ...
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