1. Mi amante, el zapatero fetichista de mis pies


    Fecha: 21/03/2022, Categorías: Fetichismo Infidelidad Autor: Mariana1983, Fuente: SexoSinTabues30

    ... marido dejé que el problema del precio lo resolviera él. Una semana despues, recibo la llamada de una de las empleadas del comercio indicándome que las botas estaban prontas y que podía pasar a buscarlas. Solo que, para probarme las botas, me pedían que fuera de shorts o de falda, ya que si concurría de pantalones, tendría dificultades para ver si las botas se ajustaban correctamente a mis piernas. Esa misma tarde y vistiendo unos shorts y unos tenis mi hice presente en la zapatería y fui atendida por el señor que sonriente y satisfecho me extendió un par de bellisimas botas de fragante cuero negro. -”pruébeselas” -me dijo- Cuando me voy a quitar los tenis para probármelas, el hombre, -gentilmente- se arrodilla y comienza a desatar los cordones, de mis zapatos yo me sentí un poco incómoda pero noté el agrado con el que lo hacía, casi de una forma ceremoniosa, me senté en un puff y el hombre comenzó a calzarme las botas con la misma parsimonia con la que me había quitado los tenis… -”pongase de pie” -me dijo- “y camine con las botas a ver si las siente cómodas..” Lo hice y efectivamente eran perfectas, diría que eran como un guante a mis pies. -Usted interpretó de maravilla mi deseo y el de mi marido, le dije, son dos obras de arte estas botas. Luego de haber dicho esto me acordé de las palabras del zapatero y entendí la metáfora. -Cuanto le debo, le dije…. Preparándome para escuchar una cifra exorbitante. -”hagamos lo siguiente”, -dijo- Úselas durante una semana y si luego de ese tiempo no le nota ninguna incomodidad hablamos del precio. Agradecida por la confianza, y la convicción de que yo regresaría a pagarle las botas me retiré del comercio, aunque a esas alturas con una relativa desconfianza de las intenciones de ese hombre. ¿ sería que pretendía cambiar el valor de las botas por sexo ? Era una posibilidad, pero, movida por una curiosidad morbosa decidí seguirle el juego, claro que luego de consultarle a mi marido, que también intuyó que seguramente este señor habría pensado que si yo usaba ese tipo de botas, era una “dama de la noche” o sea una prostituta y que no tendría inconvenientes en “pagar” aquellas bellas botas con un poco de sexo. No había pasado una semana, -plazo acordado para probar la comodidad de las botas- cuando un sábado de mañana recibo una llamada del señor de la zapatería. -”Señora Mariana, espero no incomodarla con mi llamada pero desde su visita a mi comercio usted no ha pasado desapercibida para mi,” -dijo- -”Es mas, no puedo disimular el desasosiego que su persona me provoca y es por eso que me he tomado el atrevimiento de llamarla y decirle que las botas que le he confeccionado con todo mi amor, quiero que las tome como un obsequio, es mas, recíbalas como una ofrenda a su belleza de mujer potente” -Tanta poesía, me conmovió, tanta educación, tanto decoro, aquel hombre era un romántico empedernido. -”Señora Mariana, si usted me hace el obsequio de aceptar mi humilde presente a su belleza, me sentiría muy honrado si ...
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