1. La obra


    Fecha: 28/06/2019, Categorías: Grandes Series, Autor: Akuaries, Fuente: TodoRelatos

    1.
    
    Armando, el jefe de obras, subía las escaleras lentamente, sujetándose a los tablones colocados provisionalmente para evitar accidentes, pensaba, que le estaban sobrando algunos kilos de más, cada día le costaba más subir hasta el tercer piso. Descansaba jadeando al llegar a su destino, se secaba con un pañuelo la cara, como si se quisiera quitar un sudor que no existía. Mientras, miraba con una sonrisa a Pablo, el obrero que seguía trabajando, después de haber sonado la bocina que indicaba el final de la jornada.
    
    Pablo colocaba suavemente, casi con cariño, un ladrillo en su lugar, le quitaba el sobrante de cemento, lo ajustaba, acercaba la cara a la pared, para asegurarse que había quedado perfectamente alineado con los demás, respiraba profundamente, confirmándose que estaba bien puesto y empezaba de nuevo, colocándole el cemento a otro ladrillo.
    
    Armando, giraba la cabeza de un lado a otro, nunca entendió que Pablo fuera tan perfeccionista en su trabajo.
    
    -Pablo por Dios, te he dicho toda la vida, que no hace falta levantar la pared tan perfecta hombre, después se rebozará y se dejará lisa.
    
    -Hola jefe…- Le respondía Pablo con una sonrisilla.
    
    -Que te he dicho, toda la vida también, que no me llames jefe coño…
    
    -Supongo, que si has subido las escaleras, es porqué debe ser la hora de acabar ¿No?- Le cortaba Pablo sin dejar de trabajar.
    
    -Sabes que sí cabroncete, hoy no te toca hacer horas extras. A ver si algún día acabas a tu hora y no me haces subir a buscarte.
    
    -Con lo bien que te va hacer un poco de deporte, no te quejes anda.- Volvía la sonrisilla de Pablo, sin dejar de poner ladrillos uno al lado del otro.
    
    -Cabronazo, deja de trabajar y vámonos.- Le apresuraba un sonriente Armando.
    
    -Espera hombre, acabo esta línea y nos vamos…
    
    -Esta línea, esta línea ¡Oye! que puedes dejarla sin acabar, que no se va a caer el edificio.
    
    -Ya sabes que no me gusta dejarla sin acabar, pongo el último.
    
    Armando miraba con paciencia, como Pablo acababa de dejar toda la línea de tochanas colocadas.
    
    Se conocían desde que Pablo empezó a trabajar en la empresa, en aquellos tiempos Armando todavía no era jefe de obras, lo sería unos años mas tarde. Desde el principio, Pablo le pareció un gran tipo, muy trabajador y responsable, puede que demasiado perfeccionista para trabajar de obrero. Llevaban trabajando juntos más de veinte años, habían compartido infinidad de cervezas, Pablo sabía toda la vida de Armando, hasta cenaba en su casa de vez en cuando. Armando solo sabía que Pablo tenía una hija por la que se desvivía, una niña que cuando era pequeña, muy pequeña, con meses de vida ya se hizo amiga de su hija Isa, la niña de Pablo estudiaba arquitectura y él estaba orgulloso de ella. También sabía, que para pagar la universidad, tenía que hacer todas las horas extras que le dejaban. Nada más, nunca le pudo sacar otro tema de conversación que no fuera el trabajo, lo buena que era su hija estudiando o cosas intrascendentes. Ya le ...
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