1. Mi paciente se volvió mi esclavo (1)


    Fecha: 28/06/2019, Categorías: Fetichismo Autor: Dra Fetish, Fuente: TodoRelatos

    Primero que nada una pequeña introducción.
    
    Mi nombre... dejémoslo en Viri. Soy una mujer de 26 años, blanca, cabello cobrizo (hay quienes afirman soy pelirroja), estatura uhm... creo que por debajo de la media, 1.55mts. Mis ojos son cafés, un café claro que al verlos en el sol asegurarías son color miel. Mi cuerpo no es el más dotado, complexión delgada, peso 52kg, mis pechos son pequeños, 32B. Pero, puedo defenderme muy bien con mi trasero. No es que tenga mucho glúteo, simplemente mi distribución de grasa corporal me favorece en ese punto, mis piernas evidentemente no son las mas largas, pero mis muslos tienen la cantidad perfecta de músculo y grasa para hacerlos suaves y carnosos. Mis pies, nunca los consideré un punto atractivo al menos para mí, pero siempre procuro que se vean bonitos y de vez en cuando un buen pedicure.
    
    Me gradué hace 2 años de la facultad de medicina, comencé a trabajar y todo había transcurrido normalmente, veía pacientes por aquí y por ella, niños, jóvenes, ancianos, todo normal.
    
    Por las mañanas trabajo en una institución pública, ningún paciente paga por recibir consultas, así que veo de todo tipo. La mayoría, personas que no tienen muchas posibilidades ni oportunidades económicamente hablando.
    
    Pero esta historia no va de ello, esta historia va de un paciente en quien por primera vez, me acerqué demasiado, rompiendo la barrera médico paciente.
    
    La ciudad donde resido se caracteriza por hacer mucho calor, ni en invierno podemos sentir tanto frío como quisiéramos. Ese día era caluroso, desperté y seleccioné mi ropa. Un vestido, unas sandalias con unos adornos brillantes, un collar y claro, mi bata blanca. Sin más preparé mi café, subí a mi camioneta y me fui al trabajo.
    
    Todo comenzó como un díanormal, vi unos cuántos pacientes y llegó aquél paciente en cuestión. Vi su nombre en la lista, Antonio.
    
    Cuando fue su turno, lo vi pasar por la puerta. Nada anormal, solo que, no parecía ser de por aquí. No digo que conozco a toda la población que atiendo, pero simplemente, por su ver y su forma de vestir, lo supe.
    
    No era el típico paciente que acude a una consulta gratis por no poder pagar un médico privado, claramente se veía. Vestía de camisa azul de vestir, pantalón beige y zapatos café bien lustrados.
    
    Un hombre de 27 años, 1.75mts, moreno claro, cabello negro, complexión atlética claramente, no musculoso pero, se notaba el ejercicio físico, a decir verdad era atractivo a simple vista. Comenzó la consulta y él empezó a hablarme de qué lo traía por aquí. Su problema era algo sencillo, una simple infección de vías urinarias sin complicación. Pero noté, que mientras hablaba no dejaba de ver mis pies. Yo estaba sentada frente a él y un escritorio de vidrio en medio.
    
    Extraño, nunca había sucedido. Quiero decir, confío más en el atractivo de mis piernas, entendería si me estuviera viendo las piernas, pero… ¿los pies? ¿Qué tienen de atractivo?
    
    Mientras él seguía hablando, hice un pequeño movimiento con ...
«1234...»