1. Vacaciones en la playa. Día 2. (Parte 2)


    Fecha: 27/06/2019, Categorías: Voyerismo Autor: RayFenix, Fuente: TodoRelatos

    ... gin tonics, por favor -. Conseguí decir rompiendo ese incómodo pero excitante momento.
    
    Cuando el camarero se marchó Marta puso las dos manos sobre la mesa, plantó las tetas encima y echándose hacia adelante me dijo con mirada desafiante.
    
    - Ya estamos en igualdad de condiciones -.
    
    Tuvieron que pasar varios minutos hasta que mi mente se calmó un poco y pude asimilar que mi mujer estaba sentada en frente de mi, en un restaurante, sin ningún tipo de ropa interior.
    
    -Oye papi -. Dijo para romper el hielo.
    
    -Dime -. Dije saliendo de mi embelesamiento.
    
    -¿Crees que vamos a aguantar sin follar todas las vacaciones? -.
    
    -Al paso que vamos no se yo -.
    
    Se rió.
    
    -Bueno, en realidad dijimos de no corrernos, pero nunca dijimos nada de no follar -. Me dijo sonriendo pícara.
    
    - ¡Ya claro! - Reí. - Como que íbamos a ser capaces de parar -.
    
    -Puedes darme por el culo -.
    
    Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.
    
    -Se de sobra que para correrte necesitas hacerlo rápido y fuerte, y te conozco, y sé que por el culo me lo harías con suavidad -. Continuó -Y si me agarras las manos y no dejas que me toque, un rato aguantaríamos -.
    
    Me empalmé. Del todo. Notaba la cremallera del vaquero clavándose en el capullo. Y mi mujer también se estaba removiendo es su silla.
    
    Mi nivel de excitación era máximo. Marta no es que fuera muy dada al sexo anal, alguna cosa habíamos probado, meterle algún dedo, jugar con la puntita, pero nunca me la había follado de verdad por el culo. Y esa proposición me nublaba la mente.
    
    -¿Me dejarías que te follara el culo a tope? -. Pregunté con cara seria.
    
    -Si no tenemos otra opción -. Respondió encogiéndose de hombros.
    
    Claro que teníamos otra opción, romper la puta apuesta que habíamos hecho, pero no me disgustaba como se estaba poniendo el asunto y por la cara de mi mujer creo que a ella tampoco.
    
    -Luego no te arrepientas mami, que sabes que te duele -. Le comenté mientras instintivamente me llevaba la mano a la entrepierna.
    
    Plantó de un golpe la mano encima de la mesa, donde el tanga seguía estirado, y exclamó con seguridad.
    
    -¿Que te piensas? ¿Que no puedo contigo?
    
    - No, no. yo no he dicho eso -. Balbuceé.
    
    -¡Si prometo, cumplo! -.
    
    Esa seguridad en las palabras de mi esposa me pusiero cachondísimo, iba a a reventar el vaquero, estaba hasta nervioso. Y Marta se dio cuenta. Se recostó hacia atrás en la silla.
    
    -Pero bueno, aún queda mucha noche, lo vamos viendo -. Me dijo muy calmada guiñándome un ojo.
    
    Logramos sosegarnos y decidimos que era la hora de pagar e irnos. Llamamos al camarero. Era el mismo chico de la escena del tanga, que nos dejó la cuenta con algo de nerviosismo, pero sin dejar de mirar de reojo a mi mujer.
    
    Deje el efectivo encima de la bandeja y al levantarnos de la mesa le dije a mi esposa sonriendo.
    
    -El tanga te lo guardas ¿no? -.
    
    Lo cogió y lo dejó encima del dinero.
    
    -De propina -. Dijo riendo. Me agarró el brazo y me señaló su silla con la cabeza. -Y eso ...
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