Puta yo - Relatos Eróticos

Puta yo

... nos vas a tener que acompañar, me subieron a una patrulla y comenzaron a hacerme todo tipo de preguntas, noté que no íbamos hacia el palacio municipal si no hacia el bosque de los remedios, llegamos a un modulo de policía que se encuentra frente a la mega comercial de San Mateo me hicieron entrar y ahí estaba el comandante; un panzón de bigote y tres policías mas, el comandante se me acerco y me dijo, mira primor no es que no queramos que trabajes pero la cosa es así: nos tienes que dar quinientos pesos cada fin de semana más la membrecía, ¿membrecía? pregunte , y se rieron todos , si pero esa es anual o cuando yo tenga ganas. En tonses el comandante me puso un puñetazo sin previo aviso y caí sobre un escritorio, dos de los policías me dieron vuelta con la cara sobre el escritorio, y me tomaron de los brazos. Sabía lo que venía, tenía miedo, y emoción, mi corazón latía a mil por hora y mi ano comenzó a palpitar, fingí un poco de resistencia, suficiente para no demostrar mi emoción pero no tanta como para recibir otro golpe, el comandante se saco la verga y se unto aceite de cocina, me subió la falda y me bajo las bragas amy sin decir más me la metió, aggggg�. Ahyyyyy, noooooo, por favor, me lastima le decía, ¿te gusta verdad putita? hay noooo no me gusta, pues voy a hacer que te guste perra, y me la siguió metiendo, me envestía una y otra vez de una manera deliciosa, sentí su pene rico ancharse e inundarme las entrañas; cuando por fin el comandante termino, se subió el pantalón y le dijo a los policías que me había llevado, es toda suya.

Los tres policías que se encontraban ahí y los dos que me llevaron tomaron turnos para violarme todos y cada uno de ellos; todo eso estaba bien rico hasta que llego el turno de el último un moreno flaco de no más de 1.60 metros de altura, para entonces ya había agarrado confianza y me cogieron de mil formas y posiciones, para mi esto era una fiesta aun que seguía fingiendo que no quería y entre uno y otro forcejeaba para que no pudieran cogerme fácilmente, así lo hacían con violencia y yo estallaba de placer. Pero este chaparro tenía otras intenciones. Toda la alegre tropa comenzó a animarlo a la vos de Oaxaco, oaxaco oaxaco! Hora mendigo oaxaco cógetelo, o que ¿eres marica? Le decían, podía ver que ese chaparro no quería formar parte del juego, así que le dijo a dos de los que lo animaban, agárrenmelo igual que a mi comandante. Así lo hicieron y yo no protesté yo lo estaba pasando de maravilla. Escuche que uno le decía, no te manches no seas sádico, miré hacia atrás y pude ver cómo le untaba aceite a su tolete y con odio y saña comenzó a clavármelo en el ano, ese tolete medía cerca de los 40 cm de largo y me lo clavaba casi todo, yo chillaba y gemía, hasta que uno lo detuvo y le dijo estás loco carbón la vas a matar, pos ustedes querían que formara parte de su jueguito no, pa que no se metan mas con migo hay les dejo su puto y me dio una patada en los testículos que me desmayo.

Amanecí en una celda en los ...