1. Fuera de temporada


    Fecha: 26/06/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... así?
    
    –¿Qué como estoy? ¿Pero tu has visto cómo te queda el bikini, niña?
    
    –Ya te dije que era demasiado exagerado… ya.. oh… ah… ¿pero qué haces? ¿Qué…?
    
    Mabel no había podido hacer nada para que su marido con precisión de relojero le hubiese arrebatado el tanga y ahora se abriese paso como una tuneladora con los frenos rotos.
    
    –¡Qué mojada estás, querida!
    
    – Es por haberme remojado en la piscina –mintió ella de la manera más peligrosa, es decir, diciendo una media verdad–. ¡No, Dimas, no son horas, no… ahhhh! ¡Dios, que pollón! ¡Qué pollón, por Dios!
    
    –Es por el mojo picón de anoche –mintió el sin verdad, ni media ni nada.
    
    Y follaron, follaron como si les fuera la vida en ello. Primero se corrió Dimas, como un torrente… y luego ella, con una fuerza que hasta los cimientos del hotel debieron de resentirse. Fue breve.. pero de una intensidad inesperada.
    
    A los cinco minutos estaban los dos mirando el techo… sin resuello. Mabel sólo llegó a decir…
    
    –Te dije que esta ropa tenía mucho peligro.
    
    Tres días antes
    
    Tres días antes habían aterrizado en el aeropuerto de Fuerteventura. El vuelo en un bimotor medio vacío desde Tenerife sólo había estado caracterizado por el desprecio que había mostrado la tripulación, que al parecer vivían como un castigo el tener que servir en aquella ruta.
    
    Después de casi cuatro horas de vuelo y un cambio de avión. La pareja llegó agotada. Para agasajar a su mujer le ofreció comer algo en él aeropuerto, recién aterrizados.
    
    –Un gazpacho… que con esta calor.
    
    La pobre Mabel había salido con la misma ropa que llevaba en Madrid y, claro, en Canarias había casi 15º menos. Se estaba asando con su jersey rosita y sus tejanos blancos. La dejó en la mesa que parecía tranquila pero donde se puso la típica familia con un niño terremoto de unos cinco años.
    
    Y ahí fue el bueno de Dimas, pidió dos gazpachos en la barra y se los sirvieron una especie de vasos grandes de cartón con tapa de plástico. Iba él tan contento, cuando no se dio cuenta que el niño de sus vecinos de mesa no tuvo mejor ocurrencia el angelito de patear la maleta con ruedas de Dimas. Éste iba tan ensimismado en la contemplación de la belleza de su joven esposa que tropezó con la maleta y se fue de bruces al suelo. No hubiera sido un drama si el contenido de los dos vasos de gazpacho, casi un litro en total no hubiera ido a parar íntegramente sobre la desprevenida Mabel. El pelo, el jersey, los tejanos, hasta sus manoletinas blancas… La dulce Mabel convertida por obra y gracia de su torpeza en “Gazpacho Girl”.
    
    –¡Pero, pero…! ¿Qué has hecho? –Mabel hubiera estado roja de rabia si no se viera tan roja de gazpacho.
    
    Dimas se incorporó como pudo:
    
    –Yo… yo, la maleta, el niño… no sé… no entiendo cómo ha podido pasar – balbució el azorado marido.
    
    –¡Mira que eres! –y visiblemente molesta cogió la maleta y fue a cambiarse.
    
    –Ya te limpio yo, amor.
    
    –¡Ya te limpio yo… narices! ¡Como si me hubiera caído una gotita! –y se fue ...
«12...789...18»