1. No fui expulsada del paraíso por ser infiel


    Fecha: 20/03/2019, Categorías: Infidelidad Autor: SandraWK, Fuente: CuentoRelatos

    ... poco a poco primero, durante unos largos segundos maravillosos, con los ojos cerrados pero la boca abierta, masticando el aire, pugnando por oxigenar mi cerebro que luchaba por no desvanecerse, para después desbocarse en una especie de explosión y vértigo, semejante a una estampida, igual de animal, durante la cual mi boca se cerró en un gran grito de placer liberado a la noche y mis ojos se abrieron de par en par...
    
    ¡NOOO!
    
    Los ojos abiertos... la luna trasera del coche... La vista del murete de la playa a un par de metros... y allí sentado, fumando y siendo testigo de todo... Carlos... Verle allí, sentado y mirando, con esa expresión extraña por poco me hiela el alma.
    
    De un salto me libere de Andrés y atropelladamente me recoloque el sostén, me ate la blusa y arregle de cualquier modo la falda y, abriendo la puerta, salí del coche espantada. Con las manos tapándome el rostro, prácticamente llorando, me dirigí hacia Carlos.
    
    Las palabras no me salían, de hecho que se podía decir; tan solo tenía fuerzas para balbucear frases inconclusas y sin sentido y dar vueltas nerviosas alrededor de él.
    
    Este, sin embargo, se mostraba extrañamente tranquilo y no cesaba de pedirme que me calmara y tranquilizara. Su voz suave y firme no era propia de una persona que estuviera borracha, como tampoco lo era ahora su porte.
    
    Algo que sostenía en la mano izquierda capto mi atención; parecía una tela o un pañuelo que mantenía pegado a su pierna, cuando, en uno de mis movimientos, lo reconocí: ¡era mi ropa interior! La misma que yo suponía en poder de Andrés.
    
    La cabeza me daba vueltas, no pude reprimirme y pregunte a Carlos:
    
    -Carlos, ¿eso que tienes en la mano es mi ropa interior?
    
    -Si cariño, tranquilizate -me respondio suavemente
    
    -Pero por favor ¿Qué haces tú con ella? ¿cuando...?
    
    -Tranquila por favor -dijo- la tengo en la mano para que pudieras empezar a comprender
    
    -¿a comprender qué? ¿qué es toda esta locura?
    
    -A comprender que no has hecho nada malo, ni hay nada que debas explicarme, ni nada que deba disculparte.
    
    -Pero como dices eso... si has presenciado...
    
    -Escucha -respondió fuertemente... y tras una pausa eterna- todo esto lo he preparado yo
    
    -¿que? -dije prácticamente temblando- pero que estás diciendo
    
    -Que esta es la forma de pedirte que me disculpes por todos los meses de abandono a los que te he sometido.
    
    He sido un egoísta y solo he pensado en mi carrera y no en ti. Nuestra vida sexual, no me lo niegues, no es si la sombra de lo que era, ni en calidad ni en cantidad. Sé que puede resultar maquiavélico, pero decidí que lo que necesitabas no eran dos días de descanso y dos revolcones conmigo, sino más bien una aventura excitante que pudiera resarcirte de todo y obligarme a mí a recapacitar y cambiar.
    
    -Pero como se te ocurre... -estaba mareada y confusa- cuando dices que tú lo has preparado... a que te refieres a todo... desde…
    
    -Todo -me corto rápidamente Carlos- Primero convencí a Andrés, que fue lo que ...