Mi tío el camionero XI V - Relatos Eróticos

Mi tío el camionero XI V

... atado a una correa y me hizo andar como un perrito, me llevo a una mesa allí me tumbo boca abajo y me ato, esperaba ago de un momento a otro, de pronto sentí una fusta contra mi espalda, me impresionó el primer golpe, ni hizo daño, ni me acaricio, simplemente sentí un latigazo suave, después otro, tras otro cada vez con más fuerza, los últimos dolían más, pero quise soportarlos, mi polla estaba dura como nunca, estaba excitado, muy morboso. Braulio me desató la máscara, tiro mi cabeza hacia atrás y vi su pollón salir por una cremallera de su traje, de inmediato supe lo que debía hacer, abrí mi boca, el puso un artilugio que no dejaba cerrar mi mandíbula y su pollón atravesó mi garganta con paciencia, fue poco a poco, pensaba que aquel pollón no iba a poder tragarmelo, Braulio acariciaba mi traquea y su verga iba metiéndose en mi boca, hubo un momento que pensaba en ahogarme, pero el la retiro y después volvió a meterla, hasta que por fin sus pelotas golpearon en mi cara, suavemente movía sus caderas notaba como mi garganta se expandía y su pollón entraba y salía, sus manos latigaban mi pecho al mismo tiempo con la fusta, hasta que Braulio me quito la mordaza de la boca, ahora se la chupaba y me follaba una y otra vez sin parar en una posición desafiante, pronto paro, me desnudo casi del tirón, me dejó en pelotas y me llevo hasta un potro. Me tumbo sobre el me volvió a atar con grilletes de pies y manos, mi cabeza también metida en un agujero que no dejaba moverme, mi culo completamente en pompa y mis piernas abiertas. Lo vi pasar por delante de mi, su pollón seguía duro, rígido, me lo volvió a clavar en la garganta, empece a chuparsela con destreza, una y otra vez , el gemía y gemía, mientras sentí como pellizcaba mis pezoncitos con una especie de pinzas de hierro hasta que veía que me quejaba, iba de uno a otro sin sacar su pollón de mi boca, me retorcía como podía, me ponía muy cerdo la situación, Braulio saco su pollón de mi boca, me rodeo, no veía lo que hacía, se hizo un silencio, oí como cogía algunas otras cosas, de pronto sentí como atizaba mis nalgas una y otra vez sin parar, me fustigaba deprisa, sentí mis nalgas acaloradas, ardiendo, con cada latigazo pegaba un pequeño grito, pero no quería que parará, de repente un chisporreteo hizo que mi ano sufriera un calambrazo, chille ahhhhhhh......ohhhhhh......buffffff............despues más azotes, y de pronto otro chisporreteo en mi culito, ahhhhhhh.....algo me daba calambrazos, los soportaba, aunque no es que fuera muy placentero si lo era el morbo de sentirme utilizado y vejado por semejante hombre, otro chisporreteo me hizo gritar más fuerte, mi pene recibió una descarga , ahhhhhh......joderrrrr.....ohhhhh....no, no.....otra descarga sobre mis pelotas, mi cuerpo se quebró, pegó un espasmo.....para, paraaaaa.....Braulio dejo de hacerme aquello, pero sentí como se arrodilló, su boca se metió entre mis nalgas y como empezó a comerme mi agujerito entre mordiscos y lametones profundos, ahí ...