La familia Kapusta. Capítulo 1 - Relatos Eróticos

La familia Kapusta. Capítulo 1

... en la barbilla de este y subió con calma hasta la boca del joven donde le atrapó el labio inferior y lo mordió llena de lujuria. Se levantó como le había pedido, sabiendo que aquello solo le traería más sexo. Aprovechó para quitarse el pantalón y las bragas de sus muslos y tirárselas al rostro del joven. Aquella ropa lanzada como precio, le hizo quítale la visión al joven. Cuando se las quitó después de oler el aroma a fluidos que allí había, vio a su madre sentarse de nuevo sobre la verga.

Ahora no se miraban, era la misma posición, pero esta vez lo que Andrzej veía era el trasero de Monika subir y bajar mientras engullía le ancho y largo cipote. Era como en el gimnasio cuando la veía hacer sentadillas y tenía que marchar al baño para que se le bajara. Ahora no le hacía falta bajarla, cuanto más duro mejor.

¾Tanto llamarme guarro y como disfrutas.—soltó Andrzej mientras con las manos en las nalgas de Monika la ayudaba a subir y a bajar.

¾Es que eres un guarro cabronazo, ¿Cuántas veces has pensado en esto? Tu cuarto siempre huele a lefa. ¡¿Cuántas pajas te has hecho a mi salud?!

¾Miles… me he masturbado durante varios años pensando en ti—aquellas palabras tan eróticas a la mujer la hacían que el orgasmo se acercase.

¾Cabrón de mierda… mira que pensar en tu madre para pajearte… con esta tremenda polla… ¡¿Acaso no sabes lo necesitada que estoy… pedazo de cabrón?!

Notaba como se introducía hasta donde nadie había llegado, como su capacidad la llenaba más que ninguna otra en la vida. Tantos años pensando que la de su marido estaba bien, y comparando ahora con la que tenía su hijo… “Esta polla es otra cosa”. Eso le empezó a tener dudas de la paternidad de Andrzej. “Joder, me recuerda más a la de Isidro”. Un amigo común de su esposo y ella que por entonces eran más que amigos de cervezas.

¾Vete, corre al gimnasio, llama a Pablo ahora…

¾Cabronazo…mal educado—Monika giró la cabeza para ver a su hijo con una sonrisa maligna, “es un cabrón. Como me gusta”— de momento no. Pero como no me folles como es debido, pienso ligármelo en tu cara, y hacerte saber cómo me folla.

¾¡¿Esto…?!—Andrzej masajeó el ano por dentro mientras ayudaba con su cadera con unas fuertes entradas— ¿Esto No es follarte bien? ¡¿Cuándo ha sido la última vez que has tenido una polla como esta?!

¾Cállate… cállate… y no pares. ¡No la jodas a ahora que estoy a punto!

Monika comenzaba a gemir mientras su hijo la penetraba con una dureza que no recordaba. El placer era enorme hasta el punto de que se ayudó con la mano en su endurecido y enervado clítoris, para terminar con aquella picazón que la anegaba. Su mano rápidamente se dirigió al glande clitoriano que emergía del capuchón, donde un masaje acabó aquel terrible polvo que Andrzej le daba. El orgasmo volvió a llegar. Se sentó sobre su hijo, introduciéndose todo lo que este le ofrecía mientras se masturbaba furiosa. Con la mano libre se tapó la boca al tiempo que las gotas de sudor la recorrían las mejillas, ...