1. Mi flor propia


    Fecha: 25/06/2019, Categorías: Incesto Autor: Chicles, Fuente: CuentoRelatos

    Cuando mi hermana tenía 18 años, me pidió que le pusiera crema en sus chiches y que acariciara el vello ralo de tu pubis. Desde esa edad le mamé las tetas, que le crecieron de buen tamaño. Algunas raras veces, cuando nuestros padres tenían que ir a una reunion, pudimos “jugar” a hacer el amor antes de dormir, es decir, desnudos y sin penetrarla. Otras, ella iba a mi cuarto y me despertaba acariciándome el pene en tanto que me decía al oído “si quieres más puedes venir a mi cuarto”. Allí se desnudaba y acostada con las piernas abiertas recibías mis caricias. Se quedaba satisfecha con la fricción de mi glande en su clítoris, después ella veía cómo me masturbaba viendo su cuerpo desnudo y el vello reluciente de su triángulo con el líquido de mi verga. Me venía en su pubis exprimiéndome mientras ella contemplaba cómo me salía el semen, incluso me daba los últimos jalones para exprimirme, después me iba a mi cuarto a dormir.
    
    Ella, tuvo varios encuentros sexuales, sin que la penetraran. Una vez me dijo “¿Por qué no te coges a tu amiga Martha?, tiene unas chiches grandes y me dijo que quería contigo” Sí sabía que mi amiga quería tener sexo conmigo, lo intenté, pero sólo le metí mano ya que, a la hora de la hora, ella se arrepintió porque, según ella, terminaría embarazándola.
    
    Varias veces, cuando platicábamos, mi hermana me dijo que yo le gustaba mucho, y que no veía mal que fuéramos hermanos “También Jorge se coge a su hermana Dania”, dijo refiriéndose a unos vecinos. “¿Tú los viste?”, le inquirí. “Sí, una vez entré al cuarto de ella y estaban cogiendo desnudos”. “¿Y qué hiciste?” le pregunté empezándome a calentar, pues Jorge era de mi edad y Dania un año mayor, además, me gustaba verla en bikini cuando coincidíamos en el balneario y era muy cariñosa conmigo. “Nada, cerré la puerta y me salí de la casa. Después Jorge y Dania me pidieron que no dijera nada, incluso Jorge quería coger conmigo, pero le dije que no. Ja, ja, ja. Si supiera que era porque él no me gusta... Ja, ja, ja, ja. Para coger me gustas tú que eres muy guapo”, me contestó empezando a bajarme el cierre del pantalón.
    
    Cuando ella ya tomaba anticonceptivos, me permitía más: “Puedes venirte, no pasa nada” y me besaba riquísimo, mientras me abrazaba fuerte con brazos y piernas para venirnos juntos.
    
    Una vez que cogíamos, me contó quiénes se la habían cogido y dónde lo habían hecho. Una de sus fantasías era estar mamándole la verga a uno y que otro la estuviera penetrando. Le pedí que, si la cumplía conmigo, yo prefería ser el que estuviera dentro de su boca, le di un beso y me moví más rápido para venirnos juntos. Mi hermana siempre fue discreta, aunque muy puta y me hubiera gustado embarazarla, ¿por qué no?
    
    Ya casada, seguía siendo puta, cogía con muchos de sus amigos. Se divorció porque su esposo quería tener un hijo y ella aún no quería ser madre. Durante un año nos tocó salir los fines de semana, de viernes a domingo, a trabajar a un pueblo cercano a la ciudad donde ...
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