1. Javiera, mi sobrinita juguetona – Parte 2


    Fecha: 23/06/2019, Categorías: Incesto Autor: Pastel de fresa, Fuente: SexoSinTabues30

    ... sonido exquisito. Era como si me hubiese bañado en saliva mi verga. Me tenía en las nubes. Yo curvaba mi cuerpo hacía atrás, y mi pelvis hacia adelante, para que ella hiciera lo que quisiera con mi miembro. Una niña de 14 años me tenía a su merced. Entre tanto movimiento, decidí bajar la ropa de la cama, para ver de manera mejor su cuerpo y lo que me estaba haciendo. En la oscuridad de la habitación, poco a poco mis ojos se acostumbran y comenzaban a distinguir su suave y blanco cuerpo.
    
    De un momento a otro, se llevó la mano descubierta a su nalga (al estar de lado en la cama, la otra mano la tenía bajo el cuerpo, flexionada, cerca de su cara), y me preguntó:
    
    — ¿De verdad me encuentra linda? -Cuando terminó la pregunta, su mano agarró firmemente su pompis, y se la abrió, dejando totalmente visible su pequeño recto.
    
    — Uff… Javi, te encuentro hermosa. -Tomé mi pene, le eché saliva con mi mano, y puse la cabeza sobre su anito, sin penetrar, preparándolo.
    
    — Tu me gustas mucho, tío. -Giró su cabeza y me miró a los ojos.- Quiero hacerte esto toda la noche, porque me gustas.
    
    Al terminar la frase, puso su mano en mi cintura, y lentamente fue empujando su colita hacia atrás, lo que hizo que mi pene entrara en su ano, todo esto mientras ella me miraba a los ojos y yo estaba quieto. Se comió todo mi miembro con su recto, sentía que estaba adentro de ella hasta la base de mi pene. Estaba en la gloria. Yo no hacía nada, y recibía un sexo anal como nunca. ¿Que más podía pedir?
    
    Ella empezó a incrementar el ritmo. Se movía hacia adelante y hacia atrás, y mi verga entraba dentro de ella con una facilidad increíble. En ese momento no me preguntaba nada, sólo disfruté del momento. De vez en cuando me agarraba de la cintura fuerte, y de un solo empujón se metía todo mi falo dentro de ella. Podía sentir el calor de su interior, y como también sus carnes se iban abriendo cuando mi fierro se deslizaba por su canal rectal. El sonido de las penetraciones, de las carnes chocando, sonaban sin pudor en la habitación. Al igual que el sonido del aire que salía de su recto, cuando yo sacaba mi pene de dentro de ella y veía como su ano se quedaba abierto, para luego volver a entrar hasta el fondo sin control. De a poco fui ganando yo el control de la situación. Pasamos de recibir prácticamente una violación de ella, a follármela yo. Mi pene duro como roca, entraba y salía de ese pequeño culito, disfrutando cada penetración. De repente lo sacaba y le pegaba golpes en sus nalgas, que hacían eco dentro del dormitorio. La penetraba más y más fuerte, hasta que sentí que estaba cerca de eyacular. En ese momento la agarré de la cintura, y entraba lo más que podía dentro suyo, y salía, para entrar otra vez.
    
    — ¿Quieres ser mi novia Javi? -Le dije al oido mientras ya casi llegaba a mi climax.
    
    — Siii… tío… -Respondió entre susurros.
    
    — ¿Para siempre? -El sonido de las penetraciones era cada vez más frenético, y sus quejidos también.
    
    — Siii… mmmmm- Ella también ...