1. Lidia, una mujer inolvidable


    Fecha: 22/06/2019, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... exquisitos rincones corporales. Recuerdo que no me cansaba de verla desnuda, era tanto la excitación que por ella sentía, que no dudaba en masturbarme mientras ella hacia sus labores domesticas cuando estaba con ella. El recuerdo de verla a ella planchando desnuda con su gran trasero caído y moviéndolo para mí es algo inolvidable. Era muy coqueta y siempre se vestía especialmente para la ocasión con atuendos eróticos increíbles, a pesar de que era gorda y siempre las mujeres son vergonzosas ella no tenia vergüenza de su cuerpo y no dudaba en mostrarse y se ponía unos negligés de colores rosados, verdes y negros, con los senos al descubiertos y huecos que mostraban sus partes intimas que me dejaban loco solo de verla.
    
    Conocí a Lidia en una reunión de derechos civiles, era muy apasionada en sus posiciones políticas y de verdad me gustaba como ella había hablado en la reunión. Yo desde siempre había desarrollado un gusto por las mujeres maduras desde muy joven como ya les comente, lo que si había cambiado era que con los años me fueron gustando cada día más gordas en lo posible con grandes traseros y si tenían celulitis mejor, eran mi obsesión diaria y lo asumí como tal. Tanto es así que un día en la calle caminando me tope con una mujer con un piernas gruesas y un trasero enorme, se le veía muy fofo en una apretada falda de ejecutiva negra, era un sueño para mi, vi que ella debía de tener unos 65 años incluso más. La seguí un buen rato por un par de cuadras para verla caminar, no llevaba medias, hasta que me decidí a inventar un pretexto para acercarme a ella y le pregunte por una calle que dije no conocer. Cuento corto, terminamos en un hotel. Ella no podía creer que yo me quisiera acostar con ella, al principio pensó que era una cámara escondida o algo así, cuando se dio cuenta que era verdad sin dudarlo acepto mi proposición de inmediato y se hizo el tiempo, solo me pidió que nos besáramos, así lo hicimos y al terminar me dijo que no había problema. En el cuarto de hotel le pedí que se desnudara y al ver su enorme trasero de carnes pesadas, de raya grande y con caderas que puedes poner un vaso de agua lleno y no se cae fue una experiencia, nunca había visto tanta celulitis junta en mi vida, me entretuve como loco con ella toda esa tarde, se lo acaricie, chupe, succione, por horas, le hice un buen oral, la masturbe y la hice acabar 5 veces de esa manera; luego me masturbe en ese enorme trasero pasándole el pene por el eyaculando en sus carnes dos veces. Para terminar le dije que se sentara en mi cara y le bese su vagina de esa forma mientras ella me masturbaba. Luego ella me comento que nunca se habría imaginado que a alguien le pudiera gustar tanto su trasero, a lo que conteste, que estaba equivocada que hay hombres que darían mucho por disfrutarlo. Nunca más la vi y mal recuerdo su nombre, pero ese trasero nunca lo olvidare.
    
    Pero volviendo a Lidia, la tarde en que la conocí Iba vestida muy sencilla, con pantalones negros que le apretaban ...
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