Hay una primera vez para todo - Relatos Eróticos

Hay una primera vez para todo

... también a los calzoncillos, y ante ese razonamiento, acabe por dejarme convencer, acabando por dejar que me los quitara, quedando desnudo de cintura hacia abajo. Y ahí estaba yo, echado contra un árbol mientras ese hombre, o contento con acariciarme y masturbarme, acabo por arrodillarse, y acabar por introducírsela dentro de su boca... ooohhh!!.

Placer como pocos, sentir como esa boca chupaba, y como esa lengua lamia mi miembro, cuyo tronco subía y bajaba una vez tras otra, proporcionándome un placer sin igual... uuuffff!!. Y había días, como mientras me la chupaba, se las ingeniaba para acariciarme, viendo o mejor dicho, sintiendo, como mientras con su mano derecha, acariciaba y pellizcaba mis tetillas... uuummm!!. Aquella otra mano, se dedicaba a acariciar mis muslos, perineo, y comenzaba a acariciar el contorno de mi orificio anal... uuummm!!.

Táctica que se las veía venir, pues por aquel entonces ignoraba el sexo homosexual, refiriéndome a como lo haría dos hombres, pero si me los imaginaba, llegando a pensar en una pareja normal... uuummm!!. Hombre que durante al menos dos o tres meses, os puedo aseguraros que no le llegue a masturbar, y cuya satisfacción solo lo sacaba de mi... ooohhh!!.

Hombre que, con los meses, os puedo decir que le daba un giro de rosca a nuestra relación, pues no contento con masturbarme, tenerme medio desnudo, o chupármela. Llego un día que volvió a convencerme, y en esta ocasión, no era por otro motivo que el tenerme desnudo, o a excepción de mis ejecutivos, o calcetines de deporte, pues estos no eran otros que unas medias de futbol. Y para aquellos ignorantes, debo deciros que esta prenda que no es otra cosa que unos calcetines, pero que su longitud es mucho mayor, pudiendo quedar en su longitud a pasar mi rodilla, cosa que a este le gusto y le ponía... uuummm!!.

Pero con el paso del tiempo, comenzamos a tener de nuevo mirones, y con ellos, nos dio por buscar sitios nuevos donde situarnos, y con el tiempo, también vino la dejadez con los mirones, donde vimos que era imposible alejarnos de ellos, acabando por dejarles mirar... uuummm!!.

Y como aquella vez, donde estaba en pleno disfrute, sintiendo como mi mentor, me exprimía, chupando y absorbiendo, alternando caricias, ya sea por mi pecho y mis tetillas, como por mis nalgas... uuuffff!!. Mientras yo, estaba disfrutando con los ojos cerrados, llevado por el placer, acariciándole su cabeza y sus cabellos, oprimiéndolo contra mi pelvis... ooohhh!!.

Y en un momento dado, sentir no solo esa sensación de ser observado, sensación que se hizo más evidente al escuchar el crujido de una rama seca, dándome por abrir los ojos, y ver cómo teníamos ‘público’. Y aunque así se lo hice saber a Juan... mi mentor, esté dejando de chupármela, me soltó...

Dice, y tras volverle a insistir, esté me vuelve a soltar...

Decir, y volver esté al ‘tajo’, volviendo a chupar y absorber mi glande, llegando e incluso a ponerme de puntillas, pues aunque por mi parte intentaba ...