1. La primera vez


    Fecha: 19/06/2019, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... principios religiosos familiares.que decía haber oído la llamada de dios y estaba convencida de casarse con él. Siempre vestida con faldas largas y camisas abotonadas hasta el cuello. Tenía unos pequeños ojos negros tras unas gafas grandes y su pelo negro siempre recogido en un moño. No era nada fea pero ella se esforzaba en ocultar cualquier tipo de atractivo y atisbo de feminidad. Durante un par de días Irene estuvo convenciéndola para que le acompañase a Madrid. Finalmente accedió, aunque ella no iría a ese concierto porque lo veía pecaminoso, le haría el favor de acompañarle para que su tío la dejase ir.
    
    Sobre las nueve y media de la tarde Irene tomó un autobús urbano en la parada de Conde Orgaz que la llevó hasta Huertas donde un impaciente Sergio la esperaba. Cuando el vehículo paró, el chico la buscó entre la gente que bajaba, hasta que la localizó. La típica sonrisa de adolescentes enamorados se dibujó en sus rostros hasta que por fin una vez juntos se abrazaron y se besaron apasionadamente en medio de la parada.
    
    Estuvieron así un rato tan largo que dio tiempo a que se fuese ese autobús y llegase otro. En ese momento decidieron dirigirse al concierto cogidos de la mano y con la perpetua sonrisa.
    
    A lo largo del concierto Irene y Sergio estuvieron comiéndose a besos todo el rato mientras Mikel Erentxu entonaba Una calle de Paris. Después estuvieron tomando unas cervezas por los lugares de siempre y a la hora de irse estaban bastante alegres. Sin llegar a estar borrachos sí habían perdido la vergüenza. Como hacía un mes llegaron en autobús a la parada del parque de Conde Orgaz y desde allí andando hasta el chalet. Paraban cada diez metros para besarse. Y su calentura empezaba a ser insoportable.
    
    Esta vez la situación era muy diferente. Su padre no estaba y su prima Ana María estaría durmiendo de manera que el riesgo de ser descubiertos era mínimo. La chica lo tenía todo bien calculado.
    
    Era la una de la madrugada cuando entraron en el chalet con mucho sigilo. El hecho de hacer algo prohibido les provocaba un hormigueo en sus estómagos y un tembleque nervioso que difícilmente podían disimular. Subieron a la planta de arriba donde se encontraban las habitaciones. Al pasar por delante de la puerta de su dormitorio vieron como Ana María dormía. Tan recatada hasta en el dormir estaba con un camisón blanco en posición fetal y con los pies tapados con la sabana:
    
    -!COÑO¡ tu prima está en la habitación. ¿Y ahora que hacemos? –preguntó Sergio alarmado en un susurro alto.
    
    -Shhh, que te va a oír. Ven. –Tirando de su mano, Irene le llevó hasta el final del pasillo.
    
    Entraron en la habitación de sus padres. La estancia tenía un aspecto casi tenebroso. La cama era muy grande con un enorme cabecero, en el que había tallado imágenes de la anunciación, de madera de caoba. Al igual que la cómoda de cinco cajones con los tiradores dorados y el armario ropero, éste con dos espejos de cuerpo entero en las puertas y coronado por una crestería ...
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