Ángeles y Demonios. Segunda Parte: Cap.1 - Relatos Eróticos

Ángeles y Demonios. Segunda Parte: Cap.1

... el ojo justo cuando el Rivera, el chofer de la camioneta sube al vehículo con una bolsa de provisiones menores, agua y galletas para el viaje.

- Vienes con nosotros Manolo –

- Asi es Chul, dale que ya está coordinado –

- Si, si, bueno, nos vamos entonces –

Gira el contacto y el vehículo arranca entre Manolo y yo se genera en adelante un absoluto silencio. Por ratos el sueño me vence y me quedo dormido, entre sueños oigo como a lo lejos la conversación a entre Manolo y Rivera, cuando despierto soy yo el que habla con Rivera y Manolo se queda mudo. Luego de seis horas de viaje, llegamos al campamento a eso de las dos de la tarde. Bajamos de la camioneta, tomo mi equipaje y me despido de Rivera, agradeciendo por haberme hecho llegar sano y salvo. Manolo me hace un gesto y asiento con la cabeza, me sigue hacia mi cuarto haciendo caminar al muchacho a quien jala del brazo izquierdo.

- Se lo dejo inge, ¿vengo en una hora? – me dice Manolo en cuanto llegamos a la puerta de mi habitación a la par que me entrega un tuvo largo de lubricante – es para que no lo dañe mucho inge, ya sabe que tiene que estar operativo.

- Regresa en treinta minutos que no necesito tanto, va a ser algo rápido nomas. – Le respondo mientras recibo el lubricante y abro la puerta. –

- Perfecto inge, regreso en treinta, que lo disfrute –

Manolo me deja con el muchacho y se da media vuelta, alejándose de mi habitación. Cierro la puerta detrás de mi y dejo mi equipaje. – tu ve a la cama – le indico al chiquillo quien obedece presto. Me meto al baño y libero mi verga que ha cobrado una erección y empezado a presionar mis pantalones, descargo una cantidad copiosa de orines y luego me lavo las manos. Sin cerrarme el pantalón, y con la verga afuera entro a la habitación y encuentro al muchacho sentado en mi cama.

- Ven acá y empieza por mamarme la verga, ya oíste bien que no tenemos mucho tiempo –

El chico se arrodilla frente a mi y sin mas escusas toma mi verga entre sus manos, su lengua juguetea con mi glande, sus labios lo envuelven y poco a poco se la engulle hasta enterrársela por completo, se la mete y se la saca fallándose a si mismo la boca – ahhhhhh – jedeo de placer mientras lo dejo entretenerse – uhmmmmm, eso, que bien lo haces – lo animo a seguir con la mamada que ha terminado de ponérmela dura. Luego de algunos minutos soy yo quien le lleva el ritmo, tirando de sus cabellos con violencia le incrusto la verga hasta la garganta y se la saco, repito la operación, me cojo su boca sin piedad, oigo como gargajea cada vez que mi glande obstruye el paso de su saliva, a punto estoy de venirme, pero paro, lo hago ponerse de pie con brusquedad, lo apoyo contra la cómoda y le bajo los pantalones de un tirón. Descubro un par de nalgadas duras, lampiñas que ocultan un agujerito rosado el cual palpo con mi dedo índice. Sin mucho preámbulo me embadurno el miembro con una gran cantidad de lubricante y luego hago lo mismo con su culo, tres de mis dedos frotan su ...