1. Mi nene, mi verdadero amor


    Fecha: 26/11/2021, Categorías: Fetichismo Gays Incesto Autor: p3rvertido, Fuente: SexoSinTabues30

    ... le encantaba tragarse su lechita mezclada con la de su papá. Cada mañana era algo que me encantaba compartir a mí también con mi bebé. Cosa que es natural, a todos los padres nos encanta compartir esos momentos especiales con nuestros hijos. Pero más especial es mi bebé.
    
    Tras tomarse su lechita, yo dedicaba el día a ver porno en la tele. La verdad, es que me encanta el porno gay raro, y una vez que mi ex no estaba en casa, no me sentía cómodo sin porno gay en la tele. Sabiendo que mi hijo me rozaba con sus pies y sus manitas toda mi polla de hombre, yo sabía también que mi hijo iba a ser puto. Especialmente porque me encanta jugar con mi hijo.
    
    De vez en cuando, ver tanto porno en la tele hacía que me sintiera un poco demasiado cachondo, la verdad, eso lo tengo que admitir. Todos sabemos esos momentos donde hemos estado mirando muchísimo porno diferente y nos va lo más raro, lo más asqueroso y horrible, a veces. En este caso, me encantaba ver vídeos de hombres con pañales, igual que los de mi bebecito. Eran tan bonitos esos vídeos. A veces se meaban y cagaban encima, me encantaba. Un vídeo en particular me dio una idea preciosa para hacer con mi Dieguito.
    
    En este vídeo que me volvía loco, un señor mayor sostenía abierto el pañal de un chico más jóven, de unos 18 años. Eso me ponía a mil, pero lo que más me gustó fue pensar que yo tenía algo incluso más verdadero. Mi bebé se acababa de mear encima, por la humedad que detecté, pero entre lo cachondo que estaba y ese vídeo de la tele, decidí no cambiarlo esta vez. En su lugar, decidí mearle dentro del pañal, igual que esos actores porno. Mi hijo no lo entendería, pero ese día le meé dentro y mezclé mi meada con la suya.
    
    Ver cómo mi pis entraba en su pañal y lo llenaba incluso más hizo que mi polla engordara un montón. En un par de segundos, mi pene estaba a mil, y mi bebé lo estaba mirando curiosísimo. Con esa erección enorme que tenía, no pude hacer otra cosa que enseñarle la erección de papá. Primero le acerqué mi pene adulto a su carita enana, mi erección quizás era más grande que su cabeza entera. Le toqué con mi babosa erección en sus mejillas, dejándolas babosillas también, cosa que me puso incluso más duro. Mi niño, tan precioso, solo me miraba sonriendo. Parecía encantarle las babas de la polla de su papá, y los meados dentro de su pañal: parecía que se lo estaba pasando genial.
    
    Ya intuía que mi niño era putito, pero ese día lo puse a prueba. Mi erección babosa se plantó en la boca abierta de mi bebé de un par de meses. Aunque lloró un poco (nadie es perfecto), en nada de tiempo le metí el semen de su padre en su boquita. Literalmente, fue un par de segundos porque mi hijo me estaba poniendo súper cachondo. Esa fue la primera de muchísimas veces que mi bebé se tragó mi semen directamente, sin beberlo de la botella como estaba acostumbrado antes.
    
    Hoy en día, mi nene está más que acostumbrado a tragarse mi lefa y a tener mi polla en su culito. Como regalo de cumpleaños para ...