1. Los 3 hermanos árabes (parte 3) IBRAHIM


    Fecha: 14/06/2019, Categorías: Dominación / BDSM Gays Autor: AlbertYag, Fuente: SexoSinTabues30

    ... dije.
    
    –Mi nene está cansadito ¡¡Vamos a la cama!! –y le acosté en una blandita, mullidita, cama blanca dándole un besito en la frente.
    
    –Buenas noches mi hijo.
    
    No pasaron dos segundos que el nene estaba completamente dormido. Lo cual aproveché para sacar mi botiquín, y de él una crema relajante y estimulante anal, que tras bajarle el calzoncillito blanco que le puse para cenar tras ducharlo, apliqué en su cuevita.
    
    Ibra sotó un remitido de placer en sueños al notar mi dedo en su ano.
    
    Me jacté pasando mi dedo, empapado de cremita, en su ano. Una vez que esta crema se absorbiera iba a hacer que su nueva área de placer fuese la anal, y disfrutase de cualquier objeto que le metiesen en su ano.
    
    Cuando estuvo bien lubricado le metí un supositorio de los que hacían adicto al semen, como todos los que recibían anualmente todos los niños de la isla, haciéndoles dependientes a chupar semen.
    
    Repetí esta operación –duchita, cena, crema anal y supositorio–, con el hermano pequeño en la habitación de al lado durante dos días. Mohamed al ser pequeñito (11 años) era más fácilmente doblegable, y ya estaba preparado para creencontrarse con su hermano mediano, que cuando al día siguiente lo vio aparecer en su apartamento para desayunar, le dio un gran abrazo.
    
    ME COMO SU CULO
    
    Desayunamos los tres. Su nuevo padre y los dos nenes (Ibra, de 15 años, y Moha, de 11). Moha andaba encueradito por el cuarto cuando Ibra y yo aún comíamos una tostada más y apurábamos el vaso de leche donde yo esa mañana había echado una sustancia euforizante que vi que empezaba a hacer efecto en Ibrahim. Su hermano Mohamed no era consciente y seguía jugando con un cochecito de juguete alrededor del sofá del salón, pero Moha en su leche también había recibido una sustancia sedante que poco a poco hizo que empezase a tener sueño.
    
    Llevé a Moha a la cama y le dejé allí dormido mientras iba a jugar a los doctores con Ibrahim, al que besé en los labios.
    
    Ibra estaba como en otro mundo por efectos de la droga que le había echado en la leche al desayunar. Así que se dejaba hacer.
    
    –Papi… me siento raro.
    
    –Hummmm. le besé de nuevo, y le toqué la frente.
    
    –Parece que tienes fiebre, hijito.
    
    Fui al baño por el botiquín y traje un termómetro.
    
    –Ibra, vamos a medir si tienes fiebre, igual te has resfriado.
    
    –Vale papi. –me dijo confiado.
    
    Ibra notaba todo mucho más amplificado. Todas las sensaciones se multiplicaban en su cuerpo quinceañera por cien.
    
    Le giré sobre la cama y le puse el termómetro en el culo, lo cual le sorprendió, porque era la primera vez que le metían algo por el ano… pero drogado como estaba se dejó hacer.
    
    –A veces se mete en la boquita, nene, pero en el ano la medición es mejor, más exacta, le expliqué.
    
    Él confiaba en mí y en mis explicaciones, y no dijo nada ni se opuso. Y aunque la entrada del termómetro le pilló de improviso, se sintió bien. Le había dado un gustirrinin. y lo disfrutó.
    
    Se lo saqué de repente dejando su culo ...