1. En el metro, con un futbolista adolescente. (II)


    Fecha: 14/06/2019, Categorías: Gays Autor: bisexualstraight, Fuente: TodoRelatos

    EN EL METRO, CON UN FUTBOLISTA ADOLESCENTE (II)
    
    El agua caliente recorría mi cuerpo desnudo durante la ducha matutina. Hacía justo una semana de mi experiencia en el metro con aquel futbolista adolescente y durante los siete días no pude dejar de pensar en aquello.
    
    Recordaba cada momento del trayecto del metro y mi cuerpo revivía cada sensación obtenida excitándome tanto como lo hice durante aquellos 20 minutos mágicos.
    
    Cada mañana de esa semana, mi ducha diaria había terminado irremediablemente en una buena paja, pero ese día remojé mi lívido con agua fría intentando mantener los huevos llenos, con la esperanza de volver a coincidir con aquel adolescente desconocido.
    
    La huelga de autobuses seguía convocada para todos los sábados de mayo y aunque era consciente que resultaría difícil volver a coincidir con el joven, mi deseo me nublaba la razón y me preparé para el encuentro.
    
    Normalmente nunca vestía con ropa deportiva, pero esa mañana estaba dispuesto a sentir en mi piel cada roce del futbolista, por lo que me puse el chándal prescindiendo de ropa interior y una camiseta ancha y larga que me ayudaría, juntamente con la mochila a ocultar tanto los tocamientos como la erección.
    
    De vez en cuando, me decía a mi mismo que no me hiciera ilusiones con repetir aquello. Que esas cosas solo suceden una vez en la vida y simplemente había que recordarlas y pasar página. Me repetía que lo más seguro sería que nunca volviera a coincidir en el metro con aquel grupo de chavales y que, aunque así fuera, tal vez mi futbolista se hubiera arrepentido de lo que ocurrió y me evitara por todos los medios, pero mi carácter romántico obnubilaba mis pensamientos negativos y proseguía con la preparación. Ya tendría tiempo de flagelarme si no tenía suerte.
    
    A la misma hora que el sábado anterior, subí en el mismo vagón y me coloqué en la misma esquina.
    
    Cuando escuché la señal auditiva que anunciaba el cierre de puertas, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y por algún extraño motivo me santigüé pidiéndole a Dios que me ayudara a repetir el contacto sexual con aquel futbolista adolescente, aunque mi deseo no fuera precisamente muy católico.
    
    Mientras veía pasar la huerta valenciana a través del cristal de la puerta, mis nervios aumentaban. Cada metro que avanzaba el convoy, era un metro menos que me quedaba para comprobar si el destino me quería realmente, o simplemente estaba jugando conmigo.
    
    Tras unos minutos, me percaté que la velocidad del tren descendía escuchando por los altavoces la próxima parada.
    
    Muy lentamente llegamos al apeadero del colegio, comprobando por las ventanas, que efectivamente estaba repleto de jóvenes estudiantes con ropa deportiva, esperando para acceder.
    
    Cuando por fin el metro se detuvo y se abrieron las puertas, mi corazón pasó de inmediato al máximo de pulsaciones, reconociendo a través de ellas, al mismo grupo de adolescentes de la semana anterior y entre ellos, como no, a mi joven futbolista.
    
    Mi cara se ...
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