Mi morbo, provocar y que me follen IX - Relatos Eróticos

Mi morbo, provocar y que me follen IX

Me sentía abrumado por tanto cariño de la gente que había conocido , por como todo el mundo me trataba, durante unas semanas más, mi vida universitaria en Madrid continuo entre etapas de exámenes y de relax, morbo, y mucho sexo. Después de la experiencia con Gerardo el conserje, todo había cambiado, había dado un pequeño giro, nuestra relacion ya no era vecino - conserje, yo me había convertido en su putita y el en mi amo.

Gerardo me hacía comérle la polla o me follaba con rapidez en su cuartito de material algunas mañanas cuando me veía antes de ir a la universidad, eso quitando sus visitas esporádicas a casa. Respecto a su hijo Víctor medio para que tuviéramos mayor contacto, ambos salíamos habitualmente de fiesta juntos, alguna vez dormía en mi casa, o más bien follábamos y después dormíamos, mi profe de gimnasia me invitó un fin de semana a su chalet, vine con el culo escocido, jajajaja, pero lo pasé divinamente, y desde luego mi cartero y el repartidor habían vuelto a visitar mi casa.

Podría contaros infinidad de encuentros con cada uno de ellos, me había convertido en un adicto al sexo, habían días que me follaban hasta tres distintos, pero me pararé en contaros las historias que para mí fueron más impactantes o que guardo en el recuerdo, por la huella que me dejaron.

La que hoy os contaré nunca imaginé que habría sucedido, incluso cuando conocí al Sr. Rodrigo que fue el primer maduro que vi y me puso zorron cuando llegue a Madrid, no sé si os acordaréis de mi casero, aquel hombre cincuentón, madurete, con barriga, canoso y bigote que me entrego las llaves junto a su mujer. Pues bien, un día recibí su llamada diciéndome que lo sentía mucho pero que tenía que buscarme piso, porque su mujer queria venderlo, a mí se me callo el mundo encima, no podía ser, a mitad de curso que me hiciera esto, quedé en vernos en casa una tarde y hablarlo, enseguida se lo comenté a Gerardo el conserje que lo conocía muy bien......

- no jodas de verdad te ha dicho eso???

- sí Gerardo, quiere que deje el piso.

- tranquilo, eso no va a suceder, déjame hablar con él cuando venga y ya verás como cambia de opinión.

- tú crees Gerardo, lo vi muy convencido

- no te apures, verás como todo queda en nada.

- bueno, espero que así sea.

- confía en mí.... Y cambiando de conversación lo de mi hijo y el trio???

- no lo olvido Gerardo, pero deja que madure, es algo fuerte, pero lo tendrás seguro.

- haber, estoy deseoso.

Después de aquella conversación, pasaron unos días, el Sr. Rodrigo venía esa misma tarde sobre las 18 h, a visitarme, estaba nervioso, aún así confiaba en la seguridad de Gerardo en que cambiaría de opinión. Esa misma mañaña Gerardo y después de pegarle una buena comida de rabo en su cuartito, me dijo que me duchara, me perfumara y me pusiera provocador para recibir al casero esa tarde, yo me reí y le pregunté que es lo que pretendía, el me hizo callar y solo me dijo que le hiciera caso.....

- tu hazme caso.. . Rodrigo ...