1. Sorpresa al llegar a casa


    Fecha: 13/06/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Edu y Pam, Fuente: CuentoRelatos

    ... se escuchaba de lo mucho que ya estabas mojada.
    
    En eso, volteaste hacia atrás y te percataste que yo observaba desde el marco de la puerta, ya con mi pene de fuera, erecto, duro, me tocaba, recorriéndolo desde la base hasta la punta. Cerraste un ojo en una actitud de complicidad total y me hiciste señas de que guardará silencio. Él seguía penetrando tu vagina, mojándose con tus frecuentes corridas. Me pediste a señas que me acercara. Te incorporaste brevemente, lo hiciste salir de ti, giraste tu cuerpo, te recostaste con tu espalda en la cama y lo atrajiste hacia ti para guiar su pene a tu vagina nuevamente. Pude apreciar lo bien armado que estaba nuestro eventual acompañante. Un pene largo, venoso, punta de buen tamaño, y de un grosor ligeramente mayor que el promedio. Todo mojado de tus jugos le daba una apariencia de mayor tamaño. Los dedos de tu mano lo rodeaban bien, acariciando la punta con vehemencia.
    
    De una sola y rápida estocada metió la totalidad de su pene en tí, arrancándote un gemido de mayor intensidad y provocando que tu mirada se perdiera momentáneamente al sentir la embestida profunda que acababas de recibir. Te llenaba toda, y comenzó de nuevo a empujar en tí con fuerza y buen ritmo, casi sacando la totalidad, dejando la punta en tu entrada y empujando de nuevo hasta el fondo de tu cuerpo. Estos movimientos los hacía cada vez más rápido y tu disfrute era total.
    
    Ahora, en esa posición, él podía estar gozando de tus senos con su boca, que siempre son muy atractivos tanto para hombres y mujeres, y altamente sensibles a las caricias de los amantes en turno, mientras te penetraba repetida y rápidamente con su enhiesta herramienta. La respuesta de tu cuerpo no se hizo esperar y tu humedad volvió a hacerse presente en este intercambio sexual altamente pasional.
    
    Le diste a chupar tus senos, sujetando su cabeza y me indicaste que me acercara a ustedes. Te acomodaste cerca de su oído, le comentaste que yo ya estaba allí y que no se preocupara. Volteó a verme brevemente, hizo un ademán de saludo que correspondí inmediatamente y regresó a comerse tus senos, mientras seguía empujando su barra dentro de tí. Entonces pediste acercarme más, tomaste mi pene con tu mano, giraste tu cara y lo llevaste a tu boca, comenzando a lamer la punta para recibir las primeras gotas que asomaban y chuparlo deliciosamente e inmediatamente besarlo a él con intensidad, llevando tu lengua hacia su boca para asegurarte que saboreara esas gotas preseminales.
    
    Regresaste a chupar mi pene, mientras abrías más tus piernas para hacer que su penetración fuera lo más profunda posible, rodeando con ellas su cuerpo. Era excitante verlos cogiendo en esa forma tan intensa y que a la vez tu chuparas mi pene con tanto deseo y dedicación.
    
    En pocos minutos, nuestro eventual visitante comenzó a empujar con mayor fuerza y tu sentías dentro de ti que su pene se iba ensanchando, en una clara muestra de que su eyaculación era inminente. Moviste con mayor velocidad ...