1. Mi vecino y su perro me dieron la bienvenida


    Fecha: 10/06/2019, Categorías: Dominación / BDSM Gays Zoofilia Autor: Elyamas, Fuente: SexoSinTabues30

    Pero lo primero, tengo 31 años, soy versátil y muy morboso. Me encanta el sexo duro y ser dominante cuando soy activo y ser sometido cuando soy pasivo. Dicho esto, debo aclarar que hacía mucho tiempo que no estaba como pasivo, hacia como dos años por lo menos, por lo que mi cola estaba bastante cerrada más allá de alguna masturbación ocasional con mi consolador.
    
    La historia comienza el día que me mude. Ese día conocí a mi vecino, me lo crucé en el ascensor y nos presentamos. El tiene aproximadamente 39 años, medía unos 1.75, es muy fornido y tiene el cuerpo muy trabajado seguro por largas sesiones de gimnasio. Yo en cambio soy alto pero delgado, no hago ejercicio así que no estoy ni marcado. La verdad es que ese tipo de hombres por lo general no son mi tipo y en el momento no me despertó ningún apetito sexual y nunca me llegue a cuestionar su sexualidad.
    
    Eso cambio al otro día cuando nos cruzamos de nuevo en el ascensor, pero él iba acompañado de otro chico. En el poco tiempo que estuvimos en el ascensor pude notar la tensión sexual y no me hizo falta mas para saber que habían tenido sexo, casi que se podía sentir el olor y eso me excito, pero más por la situación que por otra cosa.
    
    El vecino vive justo en el apartamento de arriba mío y otra noche que no me podía dormir comencé a sentir el típico ruido que hace una cama cuando dos personas están bombeando fuerte sobre ella. Eso me puso a mil y me comencé a pajear fuertemente imaginándome que yo era la putita de mi vecino. Como dije, no es que me atrajera físicamente, pero el morbo por ser dominado por ese pedazo de macho me estaba empezando a obsesionar. Me masturbé bastante pero no quise acabar, quería guardarme toda la leche para una ocasión especial, que por suerte iba a llegar en poco tiempo.
    
    Al otro día me cruce de nuevo con el vecino que estaba sacando a su perro a pasear, se trata de un pastor alemán ya en su madurez, nos saludamos sin mucho entusiasmo, pero en mi interior se me vino de nuevo la imagen de él sometiéndome con su verga. Se me empezó a poner dura y a escapar algo de liquido pre seminal por lo que me acomode para que no se notara, pero el perro se ve que olio mi excitación y comenzó a hurgar mi paquete con su hocico. Yo me alejé muy incomodo y el vecino rezongo a Zar (así se llama), me pidió disculpas, le dije que no pasaba nada y justo el ascensor llego a la planta de abajo y salimos. Me sentí muy avergonzado por la situación, pero a la tarde ya me había olvidado del tema. Más tarde a la noche al estar acostado me vinieron de nuevo las imágenes a la mente y se me empezó a poner dura, y esta vez me empecé a imaginar no solo al vecino encima mío, sino también a Zar.
    
    Debo confesar que la zoofilia me ha llamado la atención desde adolescente y que tuve alguna experiencia con un perro que tuve en esa época, aunque si bien logre que me la metiera un poco, nunca llegue a ser montado totalmente por lo que no sabia lo que me esperaba.
    
    Mientras me estaba haciendo una ...
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