1. Mi Pequeña Sofía – Parte 4


    Fecha: 09/06/2019, Categorías: Incesto Intercambios Autor: EscritorCaliente1, Fuente: SexoSinTabues30

    ... se quedó asombrada por cómo mi pene se introdujo en la pequeña vagina de su amiga, y se quedó allí, mirando como hipnotizada.
    
    Sofía y yo comenzamos a gemir, por momentos olvidando que teníamos una invitada cerca de nosotros. El placer nos hacía concentrarnos en nuestros cuerpos, en aquel éxtasis que sentíamos. Mi hija gemía cada vez más fuerte, y en un momento empecé a escuchar otro gemido, algo más suave. Era Abril, quien mirándonos tener sexo duro, se había excitado y había comenzado a masturbarse, llevando su mano debajo de sus panties. Eso me excitó aún más, y al parecer a Sofía también, pues al girar su cabeza y ver a su amiga masturbándose, fue el detonante que la hizo llegar pronto a su primer orgasmo.
    
    Al parecer, Abril se olvidó de su timidez, y al entrar en mayor confianza se quitó las panties y comenzó a rozar su vagina con el consolador. Me encantó ver que la amiga de mi hija ya estaba más desenvuelta mientras continuaba mirándonos tener sexo. Viendo cómo ese juguete comenzaba a introducirse dentro de la pequeña vagina de Abril me encendió aún más, y comencé a chocar mi pene contra el cérvix de la vagina de Sofía, dándole con fuerza. Mi hija gimió más fuerte aún, y a los pocos segundos llegó su segundo orgasmo, arqueando intensamente su cuerpo y temblando de placer.
    
    Tras recuperarse, Sofía se dirigió a Abril y le preguntó: – ¿quieres intentarlo? -. Abril nos miró a los dos, y yo la miré esperando su respuesta. Ella asintió en silencio, aunque se notaba que estaba emocionada por experimentar su primer penetración con un hombre. Sofía se levantó y se acercó a su amiga, a quien sin consultarle le comenzó a quitar la camiseta, mostrando sus crecidos pechos. Estando completamente desnuda, Abril se acomodó en donde había estado Sofía, y mi hija se quedó en el lugar de su amiga.
    
    Tratándose de la primera vez de Abril, decidí ir con cuidado. Abrí sus piernas y comencé con el roce de mi glande en su ya húmeda vagina. A decir verdad, su vulva parecía aún más pequeña que la de Sofía, por eso decidí ir despacio. Mi glande trataba de abrirse paso entre los labios vaginales. Estuve así por unos minutos, intentando hacer que se introduzca. Sofía lo notó y pensó que faltaba lubricarlo, así que se acercó y echó un escupitajo sobre mi glande. Decidí esta vez hacerlo con mayor fuerza, así que tomé a Abril de las caderas, sujetándola con fuerza, y empecé a empujar mi pene. La vagina de Abril parecía abrirse con dificultad, pero poco a poco iba recibiendo mi glande. Ella tenía su boca levemente abierta, y parecía jadear suavemente.
    
    Al introducirlo un poco más, Abril soltó un leve gemido. Pensé que la había lastimado, y al preguntarle que si estaba bien, volvió a asentir en silencio. Volví a moverme de atrás hacia adelante y comencé a penetrarla un poco más rápido. Tras cada movimiento, iba metiendo poco a poco mi pene con mayor profundidad. Abril dejó salir sus gemidos, cada vez más intensos. Mi pene había llegado a introducirse hasta la ...