1. La conductora de Uber. Sueño hecho realidad


    Fecha: 09/06/2019, Categorías: Confesiones Autor: El sabroseador, Fuente: CuentoRelatos

    ... pero nada de rajarse o echarse para atrás. ¿Vamos y en lo que me cambio y me doy una ducha tu pides los cafés, te parece bien?
    
    - Me parece excelente.
    
    El corazón me latía muy rápido, sentía que se saldría del pecho. Siempre había fantaseado con algo así pero nunca en la vida siquiera imagine que podría ser. Así como ocurrió con el encuentro con la lectora virgen.
    
    Llegamos al motel, le pase el dinero para pagar y entramos a la habitación 112. Recuerdo haber sido caballeroso y darle el paso para que subiera primero las escaleras y así poder ir viendo esas nalgas tan ricas subiendo.
    
    Entramos a la habitación y yo no podía creer que estuviera pasando. Le dije que si quería ir pidiendo los cafés mientras me duchaba a lo cual dijo: ¿Y si nos bañamos juntos?
    
    Accedí. La vi desnudarse prenda por prenda y mi asombro iba creciendo al igual que mi pene, con cada prenda que se quitaba iba sintiendo los latidos en cada vena de mi miembro. Se retiró la sudadera y dejo a la vista una piel blanca, hermosa. Solo traía bra negro, pero de inmediato pude darme cuenta que sus senos, además de ser grandes tenían una forma que invitaban a recorrerlos centímetro a centímetro. Ella me miraba de reojo y parecía que disfrutaba de ver como no podía dejarla de contemplar.
    
    Se bajó el pantas y cuál fue mi sorpresa descubrir que no usaba nada de ropa interior. De inmediato pude ver su monte de venus con cierta maleza, decente claro. Solo el bello suficiente y necesario para denotar que era una mujer. Poseía unas nalgas tan ricas que yo moría por tocarlas.
    
    Sin darme cuenta yo tenia mi mano en mi verga completamente parada. Me estaba tocando mientras la veía.
    
    Ella se quedó un rato mirándome y se empezó a masturbar también. Me acerque a la regadera y abrí la llave del agua caliente y mientras el agua se ponía en la temperatura adecuado me acerque a ella, la tome de la cintura y la bese. Nos dejamos fluir por esa marea de pasión donde el mundo se detuvo. Dejaba que mis manos recorrieran esa piel tan delicada y suculenta y me dejaba llevar por cada caricia que ella me hacía. Sentía como me arañaba la espalda suavemente, recorriendo con sus manos mi cuerpo llegó a mi miembro, lo apretó bruscamente que me hizo saltar un poco. Entonces me pregunto si me había lastimado y le dijo que no. Me dirigió una mirada coqueta y se puso de rodillas diciendo que tenia que disculparse. Con una mano sujetó mi verga desde su base mientras que con la otra masajeaba suavemente mis testículos. Empezó a jugar con su lengua y mi glande de una manera tan deliciosa que no podía imaginarlo siquiera. No podía dejar de mirarla, mamándolo con esa delicadeza y dedicación que estuve a punto de venirme en su boca pero aún no quería hacerlo así que le dije que fuéramos a la ducha.
    
    Al sentir el agua caliente recorriendo nuestros cuerpos fue como si se diera una explosión del choque de dos volcanes en medio del mar. Sin dudarlo le di la vuelta, recargó sus manos en la pared y dirigí mi miembro ...