1. La conductora de Uber. Sueño hecho realidad


    Fecha: 09/06/2019, Categorías: Confesiones Autor: El sabroseador, Fuente: CuentoRelatos

    Estoy convencido que las mejores vivencias y las más placenteras son aquellas que surgen de la nada, sin ser planeadas. Esta experiencia me sucedió con una conductora de Uber.
    
    Ese día fue bastante caótico ya que me tocó dar un curso de rescate durante todo el día. Desde las 6 de la mañana hasta las 10 de la noche. Francamente al finalizar el día ya me sentía destruido. Solo deseaba llegar a casa, darme un baño y caer rendido a descansar unas cuantas horas antes de iniciar la siguiente jornada laboral.
    
    Francamente sentí flojera de usar el transporte publico ya que en la noche se vuelve escaso y es demasiado lento. Quien viva en la CDMX sabrá a que me refiero.
    
    Pedí un Uber sin importar lo que me fuera a cobrar. Solo deseaba llegar a casa. Después de unos minutos de espera, por fin un conductor decidió tomar mi viaje. Es difícil que algún taxi quiera ir de Polanco hacia el Ajusco. Conductor: Cecilia en un Kia rio negro. Fue curioso ya que nunca me había tocado una mujer como conductora de Uber así que pensé que seria una experiencia un tanto diferente a los demás viajes.
    
    Después de 15 minutos de espera y de estar empapado por una lluvia que se soltó de repente fue que llegó Cecilia. Subí al auto lo más rápido posible y por inercia me subí en la parte de adelante. Ceci no me dijo nada, solo se disculpo por la tardanza ya que había algo de transito y la lluvia no ayudaba en nada. Le dije que no se preocupara, al contrario, que ella me disculpara por mojar su coche a lo cual ella respondió: Pues quítate la ropa mojada para que no te enfermes jejeje. Me sonrojo de inmediato, no esperaba un comentario de ese tipo. Pero de inmediato me dijo que era una broma y se disculpó de nuevo.
    
    Me repuse de inmediato y le dije sonriendo: No me provoques porque con este frio si se antoja quitarse la ropa y darse una calentadita.
    
    Durante un rato así fue el viaje, un ir y venir de coqueteos e insinuaciones de ambas partes.
    
    Cabe aclarar que ella era simpática, como de 1.60 m de estatura y de curvas pronunciadas. En México les decimos gordibuenas. Vestía unos pants negros con una playera de cuello redondo y una sudadera. Nada casual, mas bien un look sport. Pero aun así se podía percibir que debajo de esas telas holgadas había un cuerpo más que antojable.
    
    Ocasionalmente me tocaba la pierna cuando reíamos de alguna situación y comencé a hacer lo mismo. Quería saber hasta dónde podía llegar. Me daba miedo pensar que estuviera malinterpretando la charla y que ella lo tomara a mal. Decidí aventurarme un poco mas y le pregunte si ya terminaría su turno o seguiría trabajando ya que deseaba comprarme un café por el frio y si ella quería pues podría comprarle uno también. Le dije si podíamos hacer escala en algún lugar para poder comprar el café.
    
    Su respuesta me hizo pensar “es ahora o nunca”
    
    - Pues podemos hacer escala en un motel rumbo al Ajusco, ahí seguro tiene café y puedes cambiarte tu ropa” y ella seguía riendo de manera seductora.
    
    - Va, ...
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