Las niñas son mi debilidad - Relatos Eróticos

Las niñas son mi debilidad

... a los costados y acerqué mi cara hacia su conchita para oler sus jugos los cuales eran super deliciosos, después llevé sus dos piernas juntas hacia su cabeza lo cual hacia que sus labios vaginales se vieran abultados, aproveche en ese momento de poner mi pene entre esos labios y dejar caer mi peso sobre ella, yo la miraba fijamente sin decirle nada y con una cara de seriedad, ella cada vez estaba mas sonrojada y no toleraba que yo la viera (lo cual me hizo sacar una pequeña sonrisa en mi cara), volví a abrirle las piernas y le dije que ahora solo dejaría mi peso sobre ella y llevé mis brazos por encima de su cabeza, me recosté mas y dejé mi axila en su cara para que disfrutara ella de mi olor a hombre, que por lo que veía jamás lo había experimentado, escuche como daba unas arcadas por un poco de nausea que le provocaba el olor, pero eso me excitó mas ya que eso me comprobaba que era la primera vez que estaba así con un hombre, sentí como luchaba un poco para moverse pero le dije que para obtener mejor técnica y elasticidad se tenía que quedar ahí así y que respirara mas profundo para que pudiera ser menor la molestia, así que me deje caer mas sobre ella para que no se moviera y mi axila ya no le permitía mover su cara únicamente respiraba mi sudor.

Después varias posturas que me permitieron sentir su cuerpo y estimularlo, mi pene ya estaba escurriendo en liquido pre seminal y a punto de estallar, así que le dije que habíamos terminado con las posturas y que como lo había hecho muy bien le iba a dar un masaje para que se relajara como recompensa. La volví a recostar boca arriba con las piernas ligeramente abiertas y le dije que cerrara sus ojos. Fue entonces que empecé a recorrer su pequeño cuerpo delgado y sudado con mis manos, le masajeé primero todo el exterior que fueron sus brazos sus piernas su abdomen, luego puse específica atención en sus pechos y sus pezones que ya se notaban erectos, le dije que siguiera con los ojos cerrados y respirando profundo independientemente de lo que sintiera, ya que todo era para ayudarla a descansar, después bajé lentamente a su conchita y ella ya no me puso resistencia, comencé a estimular por encima de su calzoncito y vi como empezaba a estremecerse, seguí cada vez mas rápido hasta que metí mi mano y pude descubrir un poco de su vulva lampiña y rosadita, sin pensarla comencé a lamerle y devorarle su conchita completamente, nunca dejé de verle la cara la cual comenzaba a fruncir un poco el ceño pero a respirar mas agitada y podía notar que podían salirle uno que otro gemido, seguí estimulándola sin parar, poco a poco acerqué mi dedo índice para introducirlo, pero era muy grande para ella, así que empecé con el dedo meñique, sentí su vagina caliente y estrecha, empujaba un poco mas el dedo y ella ya no se detenía y soltaba bien los gemidos, la tenía completamente entregada a mi, arqueaba su espalda del placer y yo solo la sostenía mas para que no se alejara de mi boca ni de mi dedo, me dijo que me ...