1. La chica botera que le gusta el bondage


    Fecha: 08/06/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Albert-Botas, Fuente: CuentoRelatos

    ... eso de ser atada, amordazada… Ella me contesta “sí, eso, pero sólo eso, el sado no me gusta, dolor, pinzas, cera, todo eso extremo no”. Entonces coge su bolso de piel negra, abre la cremallera y me dice, “mira al fondo, llevo unas esposas y un rollo de cinta adhesiva”. Ostras, me quedo de piedra, “por qué llevas eso encima”, me contesta “me excita llevar ese tipo de material en el bolso cuando salgo, ya ves, manías”. Le digo, increíble, vaya morbo. Le comento que también me atrae el bondage, que me da morbo eso de atar y amordazar a una chica. Ella se sonríe y me dice “pues ya lo sabes, aquí me tienes” y a continuación se pone roja. Entonces me río y le digo, vale, tomo nota, jajaja. Entonces le pregunto y cómo es que te gusta? Algún antiguo novio te lo hacía? Y ella me dice “No, no. Todo empieza siendo pequeña también, con dos compañeras del colegio, haciendo un trabajo de grupo, en casa de una amiga, entonces una de ellas sacó unas cuerdas y me dijo, Cristina, te vamos a atar y…
    
    Viene el camarero y nos trae los postres, fresas con nata. Entonces le digo, Cristina, te imaginas en la cama vestida de cuero, con tus botas, atada, amordazada y lamiéndote la nata derramada encima de tu cuerpo… y ella rápidamente me contesta, uuuffff, “calla, calla, venga comemos los postres y si quieres vente a mi casa”. Me sale una sonrisa y le digo, “quieres que venga, mmmm, vale, jejeje”
    
    Le digo, ya me contarás en otro momento lo de las compañeras del colegio. Ella me dice, sí, sí.
    
    Por cierto, le pregunto, me has dicho antes que vives en una casa de Sant Just Desvern, ella me contesta sí, en la urbanización can soteres, calle Joan Rigol, número 40. Entonces le digo, ostras, ya sé donde está, había ido muchas veces por esa calle de la urbanización, por motivos de trabajo. Ella me dice, perfecto, cuando vengas sólo ya sabrás ir, jejeje.
    
    Entonces me pregunta, “has venido en coche?” y le digo, no, en metro. Entonces ella me dice, pues venga, vamos al parking y para mí casa, allí ya tomaremos alguna copita. Le digo, vale. Entonces me levanto, “te invito, voy a la barra a paga”. Ella me dice “gracias”.
    
    Al salir ella ya está levantada esperándome, con su chaqueta de cuero, minifaldita de cuero y sus botas. También ya se ha puesto la mascarilla de piel. Noto que la gente la observa, lógico.
    
    Nos dirigimos al parking donde ha dejado el coche, en la plaza Catalunya, le digo, tengo ganas de llegar ya a tu casa y ella se ríe.
    
    Llegamos al parking, tiene el coche a la -3 , nos acercamos a su coche, ya no hay ningún coche en el rincón donde lo tiene. Se dirige al Mercedes deportivo de dos puertas, pienso, vaya cochecito tiene la niña…
    
    Entonces ella llega a la puerta del conductor, de golpe la agarro por la cintura fuertemente y ella me dice, “que haces, ahora no, suéltame”, mientras abro la cremallera de su bolso, ella “no, para”, cojo las esposas, agarró su muñeca derecha, forcejeamos un poco y se la pongo “click", ella “no, no, para por favor, no me ...