1. Leonor en la cabina del viejo capitán


    Fecha: 08/06/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anejo, Fuente: TodoRelatos

    ... se opuso a la idea y demostró que era la mejor feladora del hemisferio norte, aunque Andrew, a pesar de haber recorrido los siete mares, no tenía referencias comparativas por su ahora olvidado fervor religioso.
    
    La garganta de Leonor era capaz de engullir aquel grueso glande sin que las náuseas la hicieran vomitarlo. Los labios acompañaban el movimiento con maestría, comprimiendo cuando era menester y aflojando para dejar resbalar la verga faringe abajo.
    
    Mientras tanto, Leonor no se olvidaba de mantener en movimiento las pelotas del capitán. con sus ágiles dedos.
    
    Creo que he ganado la apuesta ¿no le parece? - dijo ella, empujando ahora al viejo sobre la cama para cabalgar la polla a su antojo, haciendo que se hundiera hasta el fondo de su mojado coño - Ahora, capitán, moja bien mis tetas. Venga, aprovecha esas babas que te caen por la boca.
    
    Leonor se movía con brío. Notaba la dureza del miembro dentro de ella, pero también percibía la falta del impulso final que llevaría al orgasmo a su, llamémoslo, cliente. Pero ella no tenía problemas de desgaste. Se corrió una, dos, tres veces, extasiada por el roce de la cara de Andrew wn sus tetas y la humedad de su saliva deslizándose hasta los pezones, que el viejo chupaba como si hubiera hecho una regresión a la etapa lactante.
    
    Finalmente, descabalgó la polla, más bermeja que un pimiento, se arrodilló ante el capitán y enterró el palpitante cilindro entre sus pechos. Podía dar lengüetazos a la punta cuando emergía y seguir acariciando los huevos.
    
    Las tetas de Leonor habían madurado con los años. Su volumen era mayor ahora y eran más péndulas que cuando nuestra heroína contaba veinte años. Pero no había menguado para nada su carnosidad. Su peso las hacía descender hasta cerca del ombligo, pero sus pezones estaban perfectamente orientados hacia delante y reaccionaban con la misma erección que cuando ella se masturbaba siendo una adolescente.
    
    El capitán nunca había experimentado algo parecido. Miró fijamente a los ojos al capitán, comprimió más sus senos sobre la verga prisionera y pasó la lengua con desmayo sobre la superficie brillante del glande.
    
    No se sabe cómo, Andrew empezó a derramar leche sobre la cara de Leonor. Él mismo miraba con asombro aquel geiser de esperma que surgía de lo profundo de su próstata, a saber de qué oscuro rincón de las reservas de a bordo.
    
    Ver a Leonor atrapar al vuelo con la lengua algunos chorritos de semen contribuyó a mantener la dureza del miembro hasta el final. Leonor se lanzó a mordisquear los huevos ahora flácidos y a repasar a largos lengüetazos la verga menguante de forma del todo gratuita e inútil porque ahora sí que Andrew Speedy había quedado inútil para el servicio para el resto de la travesía.
    
    Nunca me olvidaré de esta visita, tesoro - anunció el viejo con auténtico agradecimiento - Ahora dile a tus amigas que me dejen en paz hasta que lleguemos a Liverpool.
    
    No se preocupe, capitán. Vamos a estar ocupadas trasladándonos para que ...