1. Leonor en la cabina del viejo capitán


    Fecha: 08/06/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anejo, Fuente: TodoRelatos

    El Henrietta viajaba a buena velocidad gracias al incesante desguace de su casco. Los marineros se afanaban en destrozar con sus hachas la estructura del buque. Pronto le llegaría el turno a las cabinas pero, de momento, las pasajeras podían dormir en unos espacios privados y confortables.
    
    Leonor se preparó a conciencia para su visita al capitán. Su cuerpo era un volcán de voluptuosidad, encendido y alimentado por la espera. Ya sabía que Caléndula había satisfecho todas las expectativas. El capitán vio abrirse nuevos mundos de placer, guiado por la joven y menuda muchacha.
    
    Luego fue el turno de Quina. La chilena desató el lado oscuro del experto lobo de mar y consiguió llenar de violencia su encuentro con él. El viejo Andrew se excitó como nunca azotando las nalgas de bronce de la mujer, mientras pugnaba por sodomizarla con su poco consistente falo. Al fin lo consiguió, ayudado por la magistral mamada que le regaló ella, mientras el viejo la abofeteaba y cubría de insultos.
    
    El relato de este episodio había excitado a Leonor hasta el punto de necesitar masturbarse mientras lo escuchaba en la oscuridad del camarote de las mujeres.
    
    El día señalado, Leonor se dio los últimos retoques. Recortó su vello púbico, apenas lo justo para evitar que rebasara la frontera de las ingles o escalara el monte de Venus para colonizar la suave senda que conducía a su redondo y sensual ombligo.
    
    Siguiendo el consejo de Aouda, se afeitó a conciencia los sobacos, aplicó esmalte rosa a sus veinte uñas y frotó su cuerpo con ramitas de plantas afrodisíacas de la colección de la princesa.
    
    Estos preparativos no contribuyeron a apaciguar su deseo precisamente.
    
    Llamó a la puerta del camarote enfundada en un modelo de aire colonial, amplio escote y talle ceñido. Se colocó parte de los pechos bien a la vista antes de que el capitán abriera.
    
    Es algo pronto, señor, pero estoy ardiendo de la impaciencia.
    
    No te esperaba. Iba a cenar, pero pasa, pasa. Tú te llamabas…
    
    Leonor, para servirle. Y no dude que le voy a servir a su completa satisfacción - añadió, colándose coqueta entre el corpachón del marino y el hueco de la compuerta.
    
    Había un plato de arroz con bacalao y una botella de vino sobre la mesa. Andrew Speedy se sentó sin más ceremonia y empezó a comer sin ofrecer a su invitada participar de la colación.
    
    ¿Me permite tomar un traguito?
    
    Si no te importa beber a morro…
    
    Me encanta morrear las botellas…y otros envases - aseguró, mientras fruncía sensualmente los labios y rodeaba con la lengua en lentos círculos el borde del recipiente.
    
    Apenas probó el contundente tinto, pero sí que aprovechó para limpiar su labio mojado con la lengua, empleando una deliberada lentitud y mirando fijamente al marino. Sin embargo, Andrew seguía más pendiente de su cena que de Leonor.
    
    Me sabe mal que te hayas molestado en venir - anunció finalmente el capitán limpiándose la boca con la servilleta - Lo cierto es que tus amigas me han dejado seco. Tengo una ...
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