Entrenando a mi mascota 2 - Relatos Eróticos

Entrenando a mi mascota 2

... arremolina entre mis dedos, recogiendo los mecos de Mike y su propia orina, ese líquido viscoso pronto se dializa por su boca antes de tragar. Cuando nuestros ojos se encuentran, veo la mirada que he

visto en cada marica caliente que he entrenado: la mirada de una puta en celo adicta a los perros. El resto de mecos de perro y orina de putita los recogí con cuidado los puse en frasco los mezcle con más coca, será su lubricante el resto de la noche, y así fue me lo cogí varias veces no lo deje dormir, el mismo me pedía la verga después de ponerle el lubricante cogimos hasta que se desmayo de tanto uso quedó totalmente agotado.

Ahora sé que el niño está dispuesto. A todo que tiene curiosidad por el sexo y que Tal vez incluso está ansioso. Hambriento de verga. Pero yo nunca he tenido una prostituta que no necesitara un estímulo real para superaresa última prueba, ese último trozo de vergüenza e inhibición. Y estaba apunto de probar el último límite de Tyler.