1. Recuerdos de adolescencia (Memorias. Capítulo III)


    Fecha: 07/06/2019, Categorías: Confesiones Autor: Marcos Romero, Fuente: TodoRelatos

    ... teléfono.
    
    Levantó el auricular e hizo girar la rueda para marcar el teléfono de mis padres.
    
    Hola, Puri, ¿qué tal?...Sí, chica, la rutina… No, yo bien, vamos tirando…No sé si iremos, lo siento…Bueno, mira chica, yo te llamaba porque hoy he ido a buscar unos encargos al barrio tuyo…si… unos paquetes…el caso es que venía toda cargada y me he encontrado con Marquitos, y fíjate que chico tienes, Puri, que galante, se ha ofrecido a acompañarme para traerlos..
    
    Mientras mi tía comentaba todos esos detalles con mi madre yo no paraba de besarla en el cuello, de acariciarla por donde Marisa no impedía que mis manos circulasen, y sobretodo tocar su pubis y meter mi mano en la humedad de su sexo. De vez en cuando se giraba para mirarme, sonreír y poner cara de placer.
    
    Bueno, mira, que nos hemos puesto a hablar y el caso es que se ha hecho tarde y el viaje es largo y a menos que coja el búho (autobús nocturno) pues me he dicho, que se quede, si a tí te parece…claro, mañana a primera hora te lo mando para allá…que sí, Puri, que no es ningún inconveniente, encima de que me ayuda (que bien mentía)..Sí, claro…hasta mañana, un beso hermana, un beso.
    
    Según colgó el teléfono se volvió para empujarme, tumbarme sobre la cama y agarrando mi polla otra vez tiesa comenzó a acercar su boca hacia la punta de mi miembro mientras me miraba lascivamente. Me besó en la punta y repitió sus palabras.
    
    Eres mio y yo soy tuya, recuérdalo, para siempre.
    
    Del beso pasó a lamer la punta, el vástago, despacio, su mano sujetando mi polla para que no se moviese, recorriendo con la boca toda la longitud, arriba abajo y una vez regresado a la punta se la introdujo en la boca, jugando con la lengua, en un movimiento que me arrancó placer, solo quería más.
    
    Marisa me miraba en esta posición, y yo quise también darle placer, girando le pedí que se pusiese encima, y mientras ella dedicaba su atención a trabajar la polla con auténtica dedicación acerqué mi boca a los pliegues de su sexo, ayudándome para separar los labios y liberar el clitoris, besarlo y tocarlo con la punta de mi lengua. Noté que ella disfrutaba aún más por la fuerza con que empezó a masajear mi polla mientras chupaba.
    
    Sabiendo que iba en la buena dirección aproveché para recorrer con lengua, dedos y besos todo su coño, introduciendo un par de dedos en la vagina mientras lamía el clítoris. Sus jugos caían en mi boca, en mi barbilla, totalmente húmeda y caliente.
    
    Esta vez fue ella la que alcanzó el clímax primero, un orgasmo profundo y placentero. Yo no dejé de acariciar y lamer mientras ella gemía y su respiración se hacía fuerte.
    
    Marisa no paro de jugar con mi sexo, chupando fuerte mientras movía la mano en mi polla hasta que noté venirme, primero un chorro fuerte que ella aceptó en su boca, pues no se retiró, y luego varias ráfagas más, vaciándome en ella.
    
    Nos volvimos a tumbar besándonos, compartiendo nuestros sabores, ella con los restos de mi semen en su boca, yo con su flujo, aún húmedos ...